OTRA RENUNCIA… y OTRO HELICÓPTERO

| 4 marzo, 2013

De pronto hoy se elevó un helicóptero blanco desde un lugar de gobierno, para sacar a un renunciante que, abrumado y sobrepasado por su realidad, no encontró otro camino más que declinar. Y cuando la renuncia es el paso que voluntariamente ¿u obligado? da una persona para ir hacia el ostracismo, estamos hablando de un fracaso grande y, si eso se da en esferas de poder, lo grande se transforma en escandaloso.

¿Cómo no recordar el año 2001 cuando desde nuestra Casa de Gobierno se elevaba un helicóptero, llevando como principal pasajero a alguien que acababa de renunciar a ser presidente de los argentinos, después de haber logrado legítimamente su lugar, mediante el voto popular? El doctor De La Rúa se llevaba consigo el estigma de la derrota personal, de no haber podido manejar una situación, la que si bien era heredada, no podía culpar a nadie de estar allí toda vez que se había presentado como candidato a ocupar la primera magistratura.

Hoy (aclaro que estoy escribiendo esta nota el 28 de febrero), el helicóptero se elevó desde El Vaticano llevándose a otro líder que, al igual que aquel nuestro, heredó una situación, pero no podía culpar a nadie ya que también en su momento aceptó el cargo, con el agravante que había sido parte primordial del anterior proceso interno de su pequeño reinado, en tamaño geográfico, aunque inmensamente grande en su incumbencia.

Joseph Aloisius Ratzinger, quien había tomado el título de Benedicto XVI, se elevaba dentro del helicóptero mientras bajaba a las profundidades del fracaso a causa de la degradación en la que se encuentra la institución que ha dirigido hasta hoy. No es una novedad que dentro de la comunidad que ha presidido, y que siempre ha querido arrogarse la representatividad de Dios en la tierra, existe un grave deterioro ético moral. Con un banco acusado de lavado de dinero malversado y con el degradante flagelo de albergar dentro de la organización a un número intolerablemente alto de clérigos que han abusado sistemáticamente de menores, aprovechándose de su condición y prerrogativa de religiosos.

Nosotros, la Iglesia del Señor Jesucristo, familia integrada por los lavados con su preciosa Sangre, no importando la institución de pertenencia, estamos nuevamente desafiados en esta hora y, como lo hicimos aunque a los tumbos, en el 2001, debemos darnos cuenta que es hora de volver a asumir responsabilidades que debiéramos mantener siempre y no solamente en épocas de crisis.

En el 2001, ante aquel contexto, nos pusimos en acción, llegando a logros importantes. Estos días estaba viendo un video de la Plaza de Mayo en aquel fatídico diciembre y de pronto aparece la figura del pastor Julio López, en medio del tumulto, mientras se producían los desmanes y las muertes, él estaba con las manos en alto hacia la Casa Rosada. “¿Qué hacías Julio?” le pregunté, “estaba reprendiendo” fue su respuesta.

En esa época fuimos a orar todos a Plaza de Mayo, oramos por el país en distintas convocatorias y en nuestras Iglesias, cumplimos Joel 2:17: “Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?”. Y vimos la respuesta descripta en el versículo 18 “Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo”.

Pero también salimos a realizar una ayuda social grande entre la gente que había quedado en la pobreza: en las Iglesias abrimos comedores; nos prestamos para que en nuestros lugares se pagaran las ayudas del gobierno cuando nadie quería que esos pobres hagan colas delante de sus instituciones; repartimos ropa; abrimos nuestras instalaciones para cursos pagos que como ayuda social daban algunos municipios; hicimos compras comunitarias para abaratar los costos de la gente y nos dimos a nosotros mismos en esto.

Lo espiritual y lo social fueron parte de nuestra responsabilidad; lo divino y lo humano, como  Jesús encarnado.

Ahora estamos ante un desafío mayor, no es solo Argentina, sino el mundo. Ante esta nueva huida en helicóptero debemos volver a enfrentar nuestra responsabilidad, desde lo espiritual, evangelizando y desde lo social, dando cobertura a todas las víctimas.

En estos días nos debemos un debate entre la pastoral, algo que nos haga entender a todos que estamos en el mismo bando y que nos lleve a dejar los personalismos de lado, para iniciar una aventura de fe mayúscula, aceptando la posibilidad que ante nosotros esté la cosecha final.

Para enfrentar esta realidad, que de ser el cumplimiento de las profecías bíblicas nos dejaría con muy poco tiempo para realizar la tarea, tendremos que aunar esfuerzos, sentirnos hermanos y compañeros de milicia. Dejar de lado esa competencia atroz que nos ha llevado a que cada uno se abroquele en su lugar y perdiendo el sentido de ética nos valgamos de cualquier artilugio para buscar el crecimiento particular de nuestra Iglesia, aún en desmedro de otras. Entendiendo que no es “avivamiento” si una Iglesia crece mientras las demás menguan. Volviendo al ejemplo de los apóstoles, los del Señor, que compartían con las barcas de sus colegas la pesca que reconocían como milagrosa.

Si nos ponemos en esa condición y vamos codo a codo, otra vez, la verdadera Iglesia, llenará los vacíos que dejó un helicóptero.

 

 

Rodolfo Polignano
Pastor en el barrio de Colegiales de la Ciudad de Buenos Aires
Unión de las Asambleas de Dios
Profesor del Instituto Bíblico Río de la Plata durante 30 años
Escritor y maestro se especializa en Homilética
Bajo su ministerio pastoral se levantaron 12 nuevas congregaciones
Sirvió muchos años como presidente de Evangelismo de la Unión de las Asambleas de Dios

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que, fiel a sus principios, no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

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Categoria: DOSSIER de ACTUALIDAD, Edición 3 | Educación, entrega 1

Comments (1)

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  1. jorge says:

    Buena nota Fito!!!

    Reflexión y desafío para la iglesia de hoy, debemos mirar el futuro y las generaciones que vienen, las profecías que Dios envía se cumplen y nuestra responsabilidad es prepararnos.
    Especialmente entendiendo el mensaje liberador de la Gracia, y saliendo de la religiosidad que tanto mal hace hasta el día de hoy. Las pruebas están a la vista con la renuncia.
    La cuestión es que podamos entender la urgencia de llevar a la gente a una experiencia personal con Jesus ya que esto les abrirá los ojos y podrán cambiar el rumbo de sus vidas. Sería bueno que la pastoral deje la manipulación autoritaria a traves de la Biblia, los lazos apostólicos y otras formas de engaño para mantener el poder y se baje a estar con el pueblo con amor y los milagros que Dios hace. Hace 25 años que conozco al Señor y siempre e visto su aval sobre los que creen y se lanzan con todo para hacer su verdadera y perfecta voluntad.

    Fuerte abrazo para todos!!!