NO ES TIEMPO DE HIGOS | SUPERANDO OBSTÁCULOS

| 18 marzo, 2013

“Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre. Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si había algún fruto. Cuando llegó a ella sólo encontró hojas, porque no era tiempo de higos. ¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!, le dijo a la higuera. Y lo oyeron sus discípulos.”  Mr. 11:12-14, Mr.11:12-25

Este es un pasaje de difícil interpretación en los evangelios. Alessandro Pronzato se refiere a que se trata de una higuera que no tiene mas pecado que el respetar sus estaciones. Podríamos definirla como una planta culpable de observar escrupulosamente el reglamento: “No era tiempo de higos”.

Este episodio representa una parábola dramatizada. Son las pretensiones de Dios en relación con nosotros. Cristo nos pide algo más. Como si dijera: La fe tiene la obligación de realizar milagros.

Podemos estar metidos en muchas actividades pero tal vez tengamos nada más que hojas. Puedo aparentar que soy un árbol frondoso y lleno de hojas pero lo que Jesús busca es fruto. Dios espera que su pueblo de fruto a tiempo y fuera de tiempo como Pablo se lo expresó a Timoteo: “Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar”, (2º Timoteo 4:2). Dios nos considera capaces de hacer cosas imposibles (San Juan 14:12). Cristo no solo ha muerto en la cruz para que yo tenga vida eterna sino para que también sea semejante a Él, realizando sus mismas obras.

El problema de Israel era que aparentaba vida pero sus hermosas hojas escondían un tremendo vacío. Debemos examinarnos y tener cuidado que no pase lo mismo en nuestro medio. Los pueblos que se acercaban a esta higuera no encontraban algo que les satisficiera la sed y el hambre.

¿Cuál es el fruto que busca el Señor en medio de su Iglesia?

Jesús les enseñaba con estas palabras: ¿No está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? (Mr. 11:17). Hace referencia a un reino inclusivo que Dios quiere instaurar. Su preocupación tiene que ver con todas las naciones, para todos los pueblos, a favor de todas las etnias. Jesús no se queda con límites nacionalistas sino los trasciende.

Debemos cuidarnos de no estar centrados en nosotros mismos a favor de la institución, olvidándonos de las necesidades menos alcanzadas de los no alcanzados y menos evangelizados. Se espera que como individuos e iglesias comencemos un proceso intencional para alcanzar a los que están desposeídos del evangelio llevando el mensaje que transforma toda la existencia humana. El Señor está llamando a otras etnias para que también sean su pueblo. Invita a su Iglesia a participar. ¿Cómo estamos respondiendo como Iglesia? ¿Qué procesos intencionales estamos comenzando para alcanzarlos?

Finalmente Marcos comparte: “Por la mañana, al pasar junto a la higuera, vieron que se había secado de raíz…” (Mr. 11:20-25).

 

El hecho que la higuera fue secada de raíz significa que la destrucción fue total y que nadie en el futuro comería de este árbol. La higuera está simbolizando al sistema religioso de la época con sus componentes políticos. Esto sirvió como advertencia del juicio que vendría en el año 70 DC cuando los romanos entraron en Jerusalén y destruyeron el templo. Es el destino de ese sistema y autoridades. No dejará impune a un sistema religioso excluyente, de presión, abuso, control, robo y que no ha dado la libertad al hombre, sino lo ha sometido a un legalismo que lo ha esclavizado.

“Pedro, acordándose, le dijo a Jesús: ¡Rabí, mira, se ha secado la higuera que maldijiste!”. La respuesta de Jesús es: “Tengan fe en Dios”. Jesús apela a la calidad de la fe y la oración. Dios no ha dejado solo al hombre y nos desafía a insistir en tener fe en Dios. Les dice: “Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración y lo obtendrán”. Quitarse de aquí para allá o trasladarse parece ser una frase proverbial que significa quitar grandes dificultades (1º Corintios 13:2). Implica que desaparezca un sistema de valores que no da libertad al hombre.

Los problemas se centran finalmente en la esterilidad de la higuera, la falta de fruto, la estructura excluyente del templo o institución. El antídoto será la fe, pedir por medio de la oración, apelar a su poder que incluye el amor a los enemigos y perdonar a otros. Somos llamados a seguir a Jesús y superar los obstáculos.

Hoy los cristianos tenemos que orar creativamente que Dios quite los grandes obstáculos que se presentan en la evangelización mundial. Debemos preguntarnos y reflexionar: ¿Cómo está la Iglesia? ¿Por qué cosas debemos orar? ¿Cuáles son los grandes obstáculos?

 

Sigamos adelante haciendo un esfuerzo extra: “a tiempo y fuera de tiempo”. Oremos creyendo que Dios quitará los grandes obstáculos para la evangelización mundial.

 

Carlos Scott
Carlos junto a Alicia Scott son los facilitadores de la iniciativa Misión Global.
Forma parte de la Comisión de Misiones de la Alianza Evangélica Mundial (WEA).
Fue Director de COMIBAM Cono Sur (2000-2006)
Presidente de la Red Misiones Mundiales Argentina (2004-2005) Presidente de COMIBAM Internacional (2006-2009).
Licenciado en Administración de Empresas (UADE)
Licenciado en Seguros (UADE)
Licenciado en Ministerio con Orientación Misionológica (IBBA).

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que, fiel a sus principios, no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.

Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
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Categoria: Edición 3 | Educación, entrega 3, Misiones

Comments (1)

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  1. Pr. José Luiz Mendes says:

    Fenomenal! Desgraciadamente, todavía, percibimos y palpamos situaciones de la rigidez, frialdad, vacío y el sombrío que es vivir bajo un régimen de un Sistema Religioso. Hay que seguir teniendo fe para seguir adelante, después de todo!