AMOS: PROFETA DE LA JUSTICIA | Parte 1

| 27 mayo, 2013

Por Daniel Monti (adaptación de Emilio Monti)*

El día de Yavé” era, en la esperanza popular, el día del juicio y del castigo de la naciones gentiles opresoras de Israel, y la exaltación de ésta sobre todas las naciones y pueblos. Pero Amós, señalando sus rebeliones y pecados les advierte: “¡Ay de lo que desean el día de Yavé! ¿Para qué quieren ese día de Yavé?  Será de tinieblas y no de luz; como el que huye de delante del león y se topa con el oso; o como si entrare en casa y apoyare la mano en la pared, y le muerde una culebra. ¿No será el día de Yavé tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?” Amós 5.18-20

No solo los pueblos paganos serían juzgados y castigados: Israel también. No escaparía por ser el pueblo elegido, antes -por ser tal- se le exigirá aún más: Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Amos 3.1-2

El juicio de Dios sobre Israel sobrevendría de diversas maneras. La sequía más temida, con su secuela de hambre y dura escasez, es anunciada desde el comienzo: “Yavé rugirá… y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo”  Amos 1.2, hasta el agotamiento (4.6-3, 8 y 13); y de igual manera la invasión de la langosta (4.9) afectando directamente a la gente más humilde (7.1-3). La guerra, traerá la destrucción y el dominio extranjero (2.13-16), quebrantando la soberbia de los decían: “¿No hemos adquirido poder con nuestras fuerzas?” Amos 6.13, y muy pocos escaparán de la muerte o del cautiverio (9.1-4, 10; 4.10); del saqueo sólo escapará lo que un pastor pueda “arrebatar a la boca del león” de la oveja que hizo presa (3.12).

La peste es otro temido flagelo que Amós describe en una de sus patéticas y dramáticas escenas: de diez habitantes de una casa quedó sólo uno, que se ha ocultado en lo más apartado de la misma para escapar del ángel vengador. El pariente que ha ido sepultando a los muertos le pregunta:

“-¿No hay alguno contigo?
 -¡No…!- responde el sobreviviente.
 -¡Calla,- le interrumpe el otro desde fuera -que no podemos hacer mención del nombre del
  Yavé!- por ser costumbre jurar invocando el nombre de Dios.” Amós 6.9-10
¡Tanto será el abatimiento del pueblo, según el profeta, que temerán nombrar a Yavé para que no se renueve su enojo!

Habrá aflicción y muerte por doquier (“serán muchos los cadáveres”) y la alegría se convertirá en llanto, y las canciones en aullidos, así en el templo como en los palacios y en el campo (5.16-17; 8.3 y 10); severo será el castigo de los poderosos que viven una fastuosa vida de placer y refinamiento a expensas de los humildes, a quienes explotan inicuamente (3.15; 6.1-7), pero alcanzará también a los pobres. “Los ojos de Yavé (el “mal de ojo” de la superstición popular) ya están fijos sobre el pueblo “para destruir” (9.8).

El cautiverio será la culminación del castigo (5.17, 6.7-8), al cual saldrán de las ruinas de su ciudad en fila india (4.3), rumbo a la tierra “inmunda”, lejana y extraña (7.17). Y entonces, asolados los altares, interrumpido el culto y toda ceremonia religiosa (3.14; 7.9; 9.1), el pueblo padecerá angustiosamente el hambre y la sed “de oír la palabra de Yavé”, en cuya procura errarán desesperados ¡“y no la hallarán”! (8.11-12), sin duda inhibidos por tanto desobedecer y pecar. El cautiverio era el castigo más terrible que podía acaecerle a Israel, pues significaba desarraigo de su tierra y divorcio de su Dios: la nación tenía un significado religioso y el individuo valía en cuanto a integrante de la nación; la tierra era la esposa de Yavé y sólo en ella y en sus santuarios podía entrar en compañerismo con su Dios. Todo lo que no fuera Canaán, inclusive alimentos, costumbres, era impuro (7.17b; comp. Oseas 9.3-4). La certidumbre que Amós tiene de la inminencia del juicio de Dios le hace endechar sobre su pueblo el canto fúnebre del capítulo 5. Pero había un único camino de salvación: buscar a Yavé y cumplir su voluntad para vivir, que es la repetida nota en dicho canto fúnebre (5.4, 6, 14).

“¡Buscadme, y viviréis!
 Fluya torrentoso el juicio como aguas,
 y la justicia como corriente poderosa.”  Amós 5.4, 24 VM

 

* Adaptación del texto del Pastor Daniel P. Monti (1900-1975), en Voces del Pasado. Actualidad del mensaje profético, Methopress, Buenos Aires, 1964 (pp. 68-73), realizada por Emilio N. Monti.

 

 

Emilio Monti
Pastor metodista.
Licenciado en Teología.
Profesor de Filosofía y Pedagogía.
Doctorando en Ciencias Humanas y Arte.
Profesor Emérito del Instituto Universitario ISEDET
Ex Decano y Profesor de Teología Práctica del Instituto Universitario ISEDET
Ex Profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora Capellán y Vicerrector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano de Rosario (UCEL).
Trabajó activamente en ayuda a Refugiados (CAREF) y en defensa de los Derechos Humanos (MEDH) y en la acción ecuménica (FAIE)
Integró a nombre de las iglesias evangélicas el Consejo Nacional de Políticas Sociales del Gobierno de la Nación.

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que, fiel a sus principios, no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

Si desea agregar su comentario sobre esta nota puede hacerlo teniendo en cuenta las siguientes limitaciones:

  • Debe ser de hasta 140 caracteres
  • Puede referirse libremente en aprobación u oposición a las ideas y conceptos expresados
  • No debe incluir comentarios personales o críticas sobre el autor de la nota
  • No debe utilizar el espacio para agraviar a una Iglesia o institución
  • No debe utilizarse para promociones de ningún tipo

 

Categoria: BIBLIA, Edición 4 | Iglesia y Sociedad, entrega 4, Teología

Comments are closed.