LA CREACIÓN ANHELA

| 29 julio, 2013

Cuando me dieron a tratar en esta edición “La creación anhela”, vinieron a mi mente varias ideas a compartir, hablar de ecología y el cristiano, el rol de la Iglesia y el medio ambiente, o hacer mención de estadísticas de especies en extinción, etc.
Ninguna de esas ideas produjo satisfacción en mi corazón para compartir con ustedes. Además de darles información, el propósito es edificarles.

Le pedí al Señor que me guiara y entonces vino a mi espíritu y a mi mente una historia que para usted es familiar.
“Zaqueo y el encuentro con Jesús”. Tal vez se pregunte que tiene que ver “La creación anhela” con esta historia, la respuesta es: mucho.
Apreciado lector le pediría que -en lo posible- se despoje de todo paradigma sobre el texto a tratar, para que el Espíritu Santo le hable y ministre como ya hice mención.

Lucas 19:1-10 dice:
Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lo primero que Dios me habló fue lo siguiente: desde la creación (lo visible) hasta el día de hoy, siempre me moví por y con propósito; recuerda eso y tenlo en tu corazón. Teniendo esto en mi espíritu, leí esta porción por lo menos diez veces hasta memorizarla y tener el relato bien claro.
Descubrí varios principios o leyes que van unidos, como los eslabones de una cadena; mientras más firmes estén entre ellos, mayor es la resistencia a soportar.
La primera es la ley de la oportunidad (Luc. 19:1 “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad”. Luc. 19:4 “Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí”.)
La segunda es la ley de la curiosidad (Luc. 19:3 “procuraba ver quién era Jesús”.)
La tercera es la ley de la búsqueda (Luc 19:3 “procuraba ver quién era Jesús”.)
Hasta aquí, el accionar de Zaqueo hacia Jesús. En las siguientes leyes es Jesús quien le responde con el mismo lenguaje.
La cuarta es la ley de la urgencia (Luc 19:5 “Zaqueo, date prisa, desciende”.)
La quinta es la ley de la necesidad (Luc 19:5 “porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”.)
La relación entre ellos se va poniendo interesante y apasionada; vaya siguiendo la secuencia: ahora están frente a frente, el uno y el otro. Me imagino como estaría saltando y latiendo el corazón de Zaqueo en este momento, porque dice la escritura: “Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso” (Luc. 19:6).
Hay más leyes, estamos llegando al clímax del relato.
La sexta es la ley de la justicia (Luc. 19:8 “la mitad de mis bienes doy a los pobres”). Dice Prov. 19:17 “A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”.
La séptima es la ley de la restitución (Luc. 19: 8 “y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”.)
La octava es la ley de la restauración (Luc. 19:9 “Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham”.)
La última frase de Jesús encierra el propósito de aquel encuentro, y aquí –permítame- voy a usar un juego de palabras.
Luc 19:10 dice Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
¿Qué fue lo que se perdió? No solamente el hombre, sino lo que poseía el hombre.
Usted verá y leerá que la conversación no termina allí, sino que pone a Zaqueo como ejemplo de lo que Dios espera del hombre y comparte una parábola que contiene la última ley para poder responder al grito o gemido de la Creación, como lo expresa el Apóstol Pablo a los Romanos por medio de la misma revelación que tuvo Zaqueo al tener un encuentro con Jesús.
La novena es la ley de la responsabilidad o administración (Luc. 19:11-27).
El Señor sigue buscando al que se había perdido juntamente con lo que se había perdido.

 

Daniel Aguilar
Pastor, desde 1993, en Comodoro Rivadavia – Prov. Chubut
Antes fue pastor en Pico Truncado – Prov de Santa Cruz
Estudió en el Instituto Bíblico Rio de la Plata
Superintendente de la Region IV (Patagonia) de la Unión de las Asambleas de Dios
Profesor del Instituto de Gaiman – Prov de Chubut

 

 

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Categoria: Edición 5 | LA CREACIÓN ANHELA, entrega 3, Teología

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