IGLECRECIMIENTO

| 6 enero, 2014

Controversial, deseado, buscado y expuesto, es el tema más abordado en las conferencias pastorales de las últimas dos décadas, pero en verdad, ¿comprendemos la completud de su implicancia y significado?

A nadie le cabe duda de que al encomendar la gran comisión a los discípulos, para que una vez llenos del Espíritu Santo predicasen e hicieran discípulos en todas las naciones respaldados por señales que los seguirían, Jesús estaba expresando su anhelo de ver a su amada crecer. Tampoco ignoramos que más allá de nuestra labor, el crecimiento lo da Dios, tal como lo marca 1ª de Corintios 3:6.

No hablamos de instituciones, sino de la Iglesia verdadera, de la gente que ama al Señor con pasión y está dispuesta a darlo todo por Él, tal como lo expresara Pablo en Cesarea, en casa del diácono-evangelista Felipe: Habíamos pasado ya muchos días en Cesarea cuando llegó un profeta llamado Agabo, que venía de la región de Judea. Se acercó a nosotros y, tomando el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies. Luego dijo: «El Espíritu Santo dice que así atarán los judíos, en Jerusalén, al dueño de este cinturón, para entregarlo a las autoridades de Roma.»

Cuando los que acompañábamos a Pablo escuchamos eso, le rogamos que no fuera a Jerusalén. También los de la iglesia de Cesarea le rogaban lo mismo. Pero Pablo nos contestó: «¡No lloren, pues me ponen muy triste! Tanto amo al Señor Jesús, que estoy dispuesto a ir a la cárcel, y también a morir en Jerusalén.»

Hicimos todo lo posible para evitar que Pablo fuera a Jerusalén, pero él no quiso escucharnos. Así que dijimos: «¡Señor Jesús, enséñanos a hacer lo que nos ordenas!»”

Hechos de Apóstoles 21.10-14 (TLA)

Aquella Iglesia del siglo primero fue un ejemplo de crecimiento numérico, multiplicó su membresía en Jerusalén y luego en toda Asia menor, norte de África y Europa: en 70 años llegó a Finisterre, España, lo último de la tierra por entonces conocida.

Esfuerzo y entrega de mujeres y hombres que no medraron esfuerzo alguno para cumplir el mandamiento marcado a fuego en sus mentes y corazones tras el llamamiento divino.

Al apreciar el celo de la Iglesia naciente, traspasada por la escatología urgente del regreso de Jesús, las preguntas desbordaron nuestro ser:

¿El crecimiento deseado era solo numérico?
A pesar de sentir que la labor tenía plazo de vencimiento, ¿buscaron los discípulos alcanzar las metas utilizando cualquier método?
¿Sacrificaron su conciencia de misión por la de los resultados?
¿Pasaron por alto las necesidades del pueblo y la gente por ser importantes pero no fundamentales de acuerdo a su cosmovisión?
¿Redujeron a la mínima expresión el pensamiento o expandieron la cultura de su tiempo?
¿Su conciencia era localista o mundial?
¿Qué lugar tuvo el Espíritu Santo en el crecimiento y desarrollo del pueblo de Dios?
¿Habremos entendido la magnitud de la Iglesia y su crecimiento?

Tantos fueron los cuestionamientos que surgieron en nuestra alma, que nos llevaron al replanteo absoluto de nuestra concepción, ya sea para quienes defienden el concepto como para sus antagonistas.

Por esta causa, pretendemos pensar entre todos el IGLECRECIMIENTO, y así enriquecernos.

Durante los ocho lunes de enero y febrero, abordaremos el tema desde diferentes ángulos:
1. Razón de ser el tópico excluyente de conferencias y charlas pastorales
2. El afán actual | Llamado apremiante o adaptación a la cultura del mercado
3. En que áreas la Iglesia debería crecer y no se enfatiza
4. Numéricamente, ¿crece la Iglesia en este tiempo?
5. Conciencia de misión | Campos blancos y misiones         
6. Teología | Generación de pensamiento y formulación de doctrinas y enseñanza
7. Pastoralmente | Servicio y atención de las personas en la problemática actual
8. Socialmente, diaconía | Respuesta y compromiso con las necesidades de la gente

Somos concientes de que es imposible abarcar tanto en tan poco tiempo, pero al menos, este número de CORDIALMENTE servirá para poner el tema sobre la mesa de la meditación y la sana discusión.

Sería extraordinario que cada uno de nosotros pudiera intervenir, desde los comentarios en cada nota, como también animándose a escribir sobre este temario primario que ponemos a disposición. Necesitamos oírnos, leernos y expresar nuestras ideas, experiencias y aún nuestras dudas.

El debate está abierto, no te quedes afuera.

 

La Codirección

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que, fiel a sus principios, no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

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Categoria: Edición 8 | Iglecrecimiento, Editorial, entrega 1

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