CON PERDÓN DE LOS PRESENTES… ESTE PAISANO CLAVA LA TABA ACÁ

| 10 marzo, 2014

El presente no tiene como objeto ser un sermón, sino un breve comentario para estar “advertidos” acerca de un tema que empieza a ser preocupante en la vida del pastor, de las congregaciones en general y de los cristianos en particular: ¿Hasta dónde está llegando la impericia de algunos pastores que invitan a personajes nefastos, llenos de locuras herejéticas y que a la vez son estafadores y delincuentes?

CON PERDÓN DE LOS PRESENTES… ¡ESTE PAISANO CLAVA LA TABA ACÁ!
Comienza a ser insoportable el olor nauseabundo que están echando algunas bota’epotro de las patas de algunos paisanos y ¡así no se puede jugar más!

¡Es necesario opinar sobre oro, aceites y otras yerbas! Quizá esto le resulte muy duro a alguno, quizá hasta irrespetuoso, pero esa no es la intención. Créanme, me duele quizá, que alguien se ofenda.

Pero hay que empezar a clavar la taba para marcar el terreno en algunas cosas que son muy importantes.

Resulta que en estos día leía en Facebook una palabra profética, dada por un apóstol que decía así: “Llega una Palabra de Dios que traerá un posicionamiento de la iglesia para estos tiempos, y llegarán ministraciones sobrenaturales con aparición de oro y también aceite…”.

Muy respetuosamente y aunque termine pareciendo ignorante pregunto: ¿necesitamos realmente un nuevo posicionamiento de la Iglesia de Cristo para este tiempo? ¿No nos alcanza con el posicionamiento privilegiado triunfal que la Sangre de Cristo nos dio en la Cruz, para tomar la posición de Iglesia triunfante que salva, sana e ilumina?

¿Podemos pensar en serio que Dios manda un posicionamiento distinto al que dejó?
No hablamos de adaptarse a costumbres y logísticas propias de estos tiempos tecnológicos, cosa que se podría entender perfectamente.
Lo planteado directamente es que Dios envía un posicionamiento distinto al de antes, o sea el que nos dejo escrito en su Palabra.
¿Dónde dejamos Efesios, dónde quedará la Carta de Hebreos y, aún más, dónde encontraremos el mensaje de Jesús nuestro Señor?
La pregunta que surge es simple: ¿qué pasó, se quedó corto Dios? ¿Se equivocó al decir que aún en nuestros días la Iglesia descripta en Efesios 1 y 2 sería la misma?
¿O seremos las personas, esencialmente aquellas que ocupan lugares de jerarquía, las que fallan?

¿Necesitamos darle “otro collar” al “chicho” porque si no se aburre?
¿Hemos confundido mensajes extraordinarios como demostraciones de unción?

La función pastoral, simple y maravillosa, muestra todo su potencial, llamado y unción en las vidas de las personas que reciben nuestro amor y servicio. “Intentar” lograr posicionamientos por otros medios nos alejan del plan de Jesús, quien es el buen pastor y su vida dio por las ovejas.

Ver la gente sanarse tras la oración, como cuando Pedro y Juan lo hacían, son marcas inequívocas de la manifestación del Espíritu Santo, sin necesidad de apelar a promesas estrambóticas.

Ellos al salir del templo dijeron: “no tenemos plata ni oro… pero lo que tenemos te damos, en el nombre de Jesús levántate”. Y aquel hombre rengo fue sano inmediatamente.

Pedro y Juan no tenían plata ni oro, elementos que siempre y, especialmente en nuestro tiempo, desesperaron a la gente, llegando a -en la Biblia y en la actualidad existen muchos ejemplos- contaminar a los llamados a servir a Dios y a la gente. Quizás esa es la razón por la que no abundan las sanidades.

Debemos salir a la calle diariamente para poder ver a los paralíticos, los leprosos, los Bartimeos de nuestros barrios, al hijo muerto de la viuda de Naín y el dolor de su madre, junto a las Martas, las Marías, las Magdalenas y los Zaqueos.

Algo sucede que no podemos hacer cosas mayores que las que él hizo, aunque esa fue la promesa de Jesús.

Reflexiono sobre mí y sobre lo que veo a mi alrededor y me pregunto: ¿es estar muy atrasado, ser ignorante y también falto de respeto cuestionarme estas cosas?, ¿es la unción que “necesitamos” que caiga oro y aceite?

La unción genuina se traduce en miles de personas llegando a los pies de Cristo masivamente, por la labor del testimonio, oración, acción y el fruto de las maravillas que los cristianos debemos hacer en la calle, tal como hizo, enseñó y profetizó sobre nosotros Jesús.

Sincerémonos, ¿que nos está pasando amigos pastores?
¿Por qué alguien llega a profetizar una ministración sobrenatural de oro y aceite?
¿Para qué queremos oro sobrenatural que caiga del Cielo?
Ese oro ¿siembra beneficios al alma, nos ayuda a crecer para alcanzar la estatura de Cristo?
O es la respuesta que la gente anhela en un mundo donde la avaricia se vende como virtud desde todos los medios de comunicación, llegando a las aulas y las mesas de los hogares.
Riqueza rápida, lograr éxito, ser más que los demás… paradigmas de nuestra sociedad globalizada.
Profecías que exultan, desbordan y maravillan.
Algunos me dicen que es un polvo brillante que aparece y queda en el cuerpo… pero pregunto:
¿Lo podemos vender y hacer bien a nuestros hermanos necesitados? ¿es oro o polvo brillante?, ¿se puede pesar?, ¿lo acepta un joyero?
Nooo, me dicen… es algo que Dios usa para mostrar su gloria.
¡¡¡Dios usa otras cosas para mostrar su gloria!!!

Además de la espectacularidad y falta de practicidad de esas apariciones, termina acercándonos al otro señor, al ajeno… que Jesús mencionó como el competidor de nuestro Dios por nuestros corazones: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Lucas 16.13

¿No será otro el aceite que necesita la Iglesia del Señor?

Distinto, que no cae mágicamente por afuera, sino que se desliza por dentro sanando el alma.

Creo que como pastores desorientados necesitamos volver a afinar la sintonía de nuestros oídos para escuchar mejor la voz del Espíritu Santo. Y oírla bien.

Lo que es peor es el engaño y la distracción que sufre el pueblo de Dios, las ovejas que él nos encomendó pastorear.

Aunque no me molestan las nuevas tendencias, sufro al ver gente maravillarse con ideas ajenas a las Escrituras, fundamentalmente antiguotestamentarias, calentándose con fuegos extraños como hizo Pedro cuando le negó a Jesús en aquel patio, lugar en donde no debía haber estado.

Volvamos al sencillo evangelio que hemos aprendido, que no ha caducado. 

Volvamos a colocar a la bendita Cruz en el centro de la vida cristiana, en los cristianos y en la congregación. Volvamos a predicar para acudir a ella cada día, para dejar a sus pies nuestros pecados, como decía Pablo, verdadero apóstol, “cada día muero”.

“Renuncio a un yo que inventa todo tipo de impostoras manifestaciones seudoespirituales con tal de no morir clavado en la cruz”
Busquemos el Agua de Vida 100% sobrenatural de “aquel llenamiento del Espíritu Santo de nuestros inicios”.

Las manifestaciones y bienes que realizaremos a la gente no nos dejarán tiempo para buscar o comentar manifestaciones extrañas al fuego divino. Estaríamos quebrándonos delante de su presencia y gritando: “danos un día más Señor… un día más para llevar tu evangelio de paz”.

 

Juárez Hugo
Pastor en U.I.C.E.
Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas
Argentina

 

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Categoria: Edición 8 | Iglecrecimiento, entrega 10, Reflexiones

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