LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD | Aportes para entender sus raíces 2

| 24 marzo, 2014

DESARROLLO ACTUAL y PRINCIPALES DOCTRINAS.

Se la conoce por varios nombres que tratan de subrayar sus énfasis. Se la llama “el evangelio de la riqueza, sanidad y felicidad”; “el evangelio del nómbrelo y reclámelo”; “el evangelio del éxito”; “la teología de la confesión positiva”.
La teología de la prosperidad es hoy una de las corrientes teológica que más afecta a las iglesias evangélicas alrededor del mundo.

 

DESARROLLO ACTUAL:

Podemos decir que la teología de la prosperidad es hoy un fenómeno global. Lo es no solo porque cubre todo el mundo, sino también porque ha llegado a todas las clases sociales y se manifiesta de la misma manera en los más diversos contextos.

En África tenemos, entre otros, a Ray McCauley, en Sudáfrica; Benson Idahosa, en Nigeria; Nicholas Duncan-Williams y Mensa Otabil, en Ghana y Nevers Mumba, en Zambia. En Australia está Brian Houston, pastor de una de las iglesias más crecientes que ha escrito un libro titulado: Usted necesita más dinero.

En cada país de América Latina hay varios líderes evangélicos involucrados en la teología de la prosperidad (Cash Luna, Rodolfo Font, Ricardo DiRocco, Victor Richards, Rony Chávez, Lucas Márquez, Guido Ávila).

También en Europa, y a pesar del secularismo e indiferencia espiritual que caracteriza a este continente, la teología de la prosperidad ha echado raíces y sus líderes han logrado levantar iglesias que congregan a miles, aunque no en la misma proporción que en otras partes del mundo (Age Aleskjaer, Stanley Sjöberg, Matthew Ashimolowo, Paul Scanlon).

 

PRINCIPALES DOCTRINAS:

A la teología de la prosperidad se la conoce por varios nombres que tratan de subrayar sus énfasis. Se la llama “el evangelio de la riqueza, sanidad y felicidad”; “el evangelio del nómbrelo y reclámelo”; “el evangelio del éxito”; “la teología de la confesión positiva”.

F.K.C. Price, uno de sus máximos exponentes, dice: “tenemos que aceptar que la prosperidad es la voluntad de Dios. Es la voluntad de Dios que prosperemos en todas las áreas de la vida.” Joel Osteen, que construyó el santuario más grande de los Estados Unidos, transmite la misma actitud positiva en su último libro, “Su vida mejor, ahora”. En él enseña los siete pasos para vivir de acuerdo al máximo potencial: 1. Ampliar la visión, 2. Desarrollar una autoimagen saludable, 3. Descubrir el poder de los pensamientos y las palabras, 4. Dejar atrás el pasado, 5. Encontrar fuerzas a través de la adversidad, 6. Vivir para dar y 7. Elegir ser feliz.

Esta invitación a vivir una vida de éxito y felicidad descansa en dos elementos:

Primero, la decisión personal que cada uno debe tener para que esto sea realidad. Es decir, esto no es posible si no queremos que sea posible. Dicho de otra manera: si queremos que así sea, lo será.

En segundo lugar, el fundamento teológico de este pensamiento es la forma en que se entiende la obra expiatoria de Cristo. Según esta teología, tanto la sanidad divina como la prosperidad material han sido provistas por Cristo en su obra en la cruz. Copeland dice: “el principio básico de la vida cristiana es saber que Dios puso nuestros pecados, enfermedades, penas, dolores y pobrezas sobre Jesús en el Calvario”.

Conforme a esto, hemos sido redimidos de la “maldición de la ley” y, por lo tanto, de la maldición de la pobreza y la enfermedad. En esta teología, la pobreza como tal no tiene una causa estructural, ni económica, ni política. Es una maldición de la que hemos sido liberados mediante el sacrificio de Cristo y solo nos resta apropiarnos de esa verdad y vivir de acuerdo a ella. La prosperidad es más que superar la maldición de la pobreza, es vivir en la abundancia de lo que Cristo ha conquistado.

Las mejores casas, los mejores autos, las mejores ropas son la herencia para cada cristiano. Las posesiones y riquezas no serían muestras de opulencia sino del triunfo del resucitado.

La teología de la prosperidad se sustenta en ciertas afirmaciones doctrinales que sus teólogos llaman “principios” o “leyes” que se cumplen al poner en ejercicio la fe. Estos principios serían de cumplimiento inexorable tales como las leyes que rigen el universo.

Al respecto, Copeland escribió: “Hay ciertas leyes que gobiernan la prosperidad revelada por Dios en su Palabra. La fe hace que esto funcione”. Para comprender lo que la teología de la prosperidad propone, debemos entender estos dos elementos claves: las leyes o principios espirituales y la fe.

En primer lugar tenemos la “ley de la bendición”. Esta ley se basa en el pacto de Dios con Abraham. Según los teólogos de la prosperidad, la principal razón del pacto que Dios hizo con Abraham fue la de bendecirlo materialmente.

En este caso los cristianos, como hijos espirituales de Abraham, son herederos de las bendiciones del pacto. Copeland decía que como el pacto ha sido establecido y la prosperidad es una provisión de ese pacto, debemos ser conscientes que la prosperidad nos pertenece ahora.

En segundo lugar está la “ley de la siembra y la cosecha”. De acuerdo a la interpretación que los teólogos de la prosperidad hacen del pasaje de Marcos 10:30, recibiremos de parte de Dios cien veces más de lo que ponemos en sus manos. Quien pusiera en práctica esta ley,  entraría casi en un ciclo de riqueza ilimitada.

Osteen menciona el testimonio de un joven rico en Arabia Saudí cuya costumbre es convocar a los más pobres, conocer sus necesidades y luego suplir esas necesidades, sin importar si es un plato de comida, un auto o una casa. Esta sería la razón por la que mantiene floreciente sus negocios. Osteen concluye: “Dudo de que este hombre sea cristiano, pero los principios de dar son principios espirituales. Estos funcionan sin importar nacionalidad, color de piel o religión”.

La tercera ley es la “ley de la fe”. Es a través de la fe que las cosas que esperamos se hacen realidad. Aunque es Dios el que en última instancia responde a la oración, en los “movimientos de fe”, la fe opera por sí misma al igual que una ley natural.

Así como Dios hizo la creación y las leyes que la rigen, por ejemplo la ley de la gravedad, estas leyes actúan hoy de manera natural, es decir, sin que implique una acción divina cada vez que operan. De igual manera, la ley de la fe, originada en Dios, opera por sí misma. Es lo que se llama la fe en la fe. La fe es la fe de Dios.

Kenyon y sus seguidores en el movimiento de fe traducen de manera especial el texto de Marcos 11:22. En lugar de la traducción comúnmente aceptada de “Tened fe en Dios”; ellos traducen como “Tened la fe de Dios”. Es la fe que Dios tuvo cuando de la nada creó todo.

Esta fe funciona, al igual que en la creación, cuando se nombra lo que queremos lograr. Dijo Dios: “sea la luz”, y la luz se hizo (Gn. 1:3). De la misma manera que Dios creó el universo a través de su palabra, también hoy la obra de Dios se realiza cuando activamos su poder por medio de la palabra.

En los movimientos de fe, la oración no es una súplica a Dios sino una voz de mando para que lo que confesamos se haga visible y real. La fórmula es “proclamar para tener”. Hagin decía: “Puedes tener lo que digas”. Es lo que se llama la “confesión positiva”.

El texto más usado para respaldar esta idea es el de Marcos 11:23. La fuerza de la fe se suelta por las palabras. No es suficiente creer algo en el corazón sino que para que se haga realidad es necesario confesarlo. El desarrollo de esta fórmula  de fe implica que, cuando confesamos algo negativo, también se cumple. Es decir, vivimos conforme a lo que decimos.

John Avanzini explica que hay personas que no pueden salir de la pobreza porque de lo único que hablan es de sus deudas. Avanzini dice: “con cada palabra negativa tu deuda aumentará”.

Ya sea por las bondades que promete, el bienestar que logran quienes la enseñan o porque logra revitalizar la fe de las personas, la teología de la prosperidad es hoy una de las corrientes teológica que más afecta a las iglesias evangélicas alrededor del mundo. Esta teología no ha encontrado eco en la Iglesia Católica ni en el protestantismo clásico.

Quienes se oponen a la teología de la prosperidad señalan que algunas de sus enseñanzas provienen de cultos metafísicos, que sus líderes se enriquecen explotando la fe de la gente, o que deja de lado valores esenciales de la fe como la integridad, la justicia y el valor del sufrimiento.

En 1995, la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Mundial produjo una declaración sobre la teología de la prosperidad y la teología del sufrimiento. En ella señalaba que:

a. Mientras que en el A.T. se promete abundancia de bendiciones espirituales y materiales a los fieles, este énfasis es balanceado por la preocupación por quienes acumulan riquezas y dejan de lado a los pobres y débiles.
b. De acuerdo a los valores del reino de Dios, el deseo de acumular riquezas para tener seguridad personal y felicidad, representa los valores del antiguo orden.
c. Somos responsable de usar los bienes que Dios nos da, no para enriquecimiento personal sino para servicio al prójimo.
d. En la Biblia las posesiones y riquezas no son de por si negativas. Manejadas correctamente pueden ser un instrumento de gran bendición. Las riquezas y la prosperidad pueden ser una bendición de Dios, pero también pueden ser una tentación satánica.
7  F.K.C. Price, High Finance God´s Financial Plan, Harrison House, 1984, p. 12.
8  Joel Osteen, Your Best Life Now:7 Steps to Living at Your Full Potential, New York: Warner Faith, 2004.
9  Kenneth Copeland, The Troublemaker, Forth Worth, TX: Copeland Publications, n.d., p. 6.
10 Kenneth Copeland, The Laws of Prosperity, Fort Worth: Copeland Publications, 1974, p. 19.
11 K. Copeland, Op.Cit., p. 51.
12 Joel Osteen, Op.Cit., p.229.
13 Kenneth Hagin, You Can Have What you Say, Tulsa: Faith Library, 1980.
14 John Avanzini, God´s Debt-Free Guarantee, Tulsa, OK: Harrison House, 1994, pp.42-43.
15 Andrew Perriman, edit.,Faith, Health and Prosperity, Carlisle,UK: Paternoster Press, 2003, pp. 236-241

 

BIBLIOGRAFÍA

McConnell, D.R. A Different Gospel. Updated Edition. Peabody, MS: Hendrickson Publisher, 1995.
Osteen, John. Your Best Life Now: 7 Steps to Living at Your Full Potential. New York: Warner Faith, 2004.
Peale, Norman Vincent. The Power of Positive Thinking. New York: Prentice Hall, 1952.
Perriman, Andrew, edit. Fith, Healt and Prosperity. A report on “Word of Faith” and
“Positive Confession” Theologies by the Evangelical Alliance Commission on
Unity and Truth among Evangelicals. Paternoster Press, 2003.
Price, Frederick. How Faith Works. Tulsa: Harrison House, 1976.
Ro, Bong Rin, editor. Evangelical Review of Theology, 20, January 1996, p. 3-94.

Dr. José Norberto Saracco
Pastor Iglesia Buenas Nuevas
Rector y Fundador Instituto Teológico FIET
Master en Ciencias de la Religión. Universidad Nacional de Costa Rica
PhD Universidad de Birmingham, Inglaterra
Miembro del Consejo Académico del Programa Doctoral Latinoamericano.
Miembro del Consejo Consultivo del Comité de Lausana para la Evangelización Mundial
Miembro del Foro Cristiano Mundial

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que, fiel a sus principios, no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
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