TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE

A lo largo de los siglos de vida de la Iglesia, millones de creyentes han depositado su confianza en este texto de Filipenses 4:13 y declarado que todo en sus vidas iba a ser bendición, prosperidad y solución para sus problemas económicos. Todos conocemos personas que van por el mundo proclamando este versículo bíblico y creyéndolo como una declaración casi mágica.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” declara el creyente fiel y sincero pero poco conocedor de lo que realmente está proclamando y por esto muchas veces sufre la decepción de no recibir la respuesta que está esperando o de no vivir la vida que le han prometido que tendrá si formula esta declaración.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. En ocasiones la decepción es tanta que el creyente termina apartándose de la fe. Se ha dejado engañar por una interpretación equivocada de la Palabra. Su problema no es realmente la falta de fe sino que radica en que la afirmación ha sido sacada de la trama de un párrafo más amplio, ha sido tomada una frase y explicada fuera de su contexto.

Vivimos en una sociedad exitista que requiere de todos una superación casi inalcanzable y tristemente esto ha llegado también a la Iglesia. En esta manera de pensar la realidad no hay lugar para sufrir una pérdida económica o vivir con escasez. Cada persona debe ser superior a los demás, tener cada día más, debe alcanzar la cima en toda área de su vida y si esto no es así puede ser considerado un fracasado.

Lamentablemente esto lastima al fiel y lo conduce a un estado de incertidumbre, en el que se pregunta: ¿por qué no logro lo que pido? Tengo apremios económicos y no puedo salir de esta situación, ¿qué es lo qué estoy haciendo mal?

En estos tiempos que nos ha tocado transitar, marcados por teologías más enraizadas en conceptos mundanos que en la Palabra viva de Dios, la respuesta de los predicadores actuales es fácil: “No tienen fe”, “No son capaces de comprometerse en un pacto con Dios”, “No siembran con generosidad”, y tantas otras que ya todos hemos escuchado.

Pero la verdad está en la Palabra misma, considerando desde el versículo 11, del capítulo 4 de la carta de Filipenses, leemos: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Pablo aborda el tema de saber contentarse, saber vivir con mucho (lo cual es fácil) y con poco (lo que no es tan sencillo). Manifiesta la posibilidad de contentarse con la situación que le toca enfrentar, todo con la fortaleza que Dios da, eso es “todo lo puedo”, puedo hacer frente a cualquier circunstancia, buena o mala, porque es el Señor quien me da la fortaleza. El Apóstol no decía “lo tengo todo” sino todo lo puedo afrontar con la fortaleza del Señor.

Esta búsqueda de prosperidad económica es imposible de sustentar desde el punto de vista bíblico. Si bien La Biblia hablan de hombres ricos como Abraham y Lot entre otros, también es cierto que no son una regla a seguir. El escritor de Proverbios, inspirado sin dudas por el Espíritu Santo, daba un sabio consejo “No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario”[i]. ¿Es necesario explicar que vale más la Palabra de Dios que la de los hombres?

Nuestro Señor dice de sí mismo “el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”[ii]. El apóstol Pablo cosía tiendas para sostenerse.[iii]

Ahora bien, si alguno osa poner en juicio que Jesús y Pablo no gozaban de la plena bendición de Dios por no tener bienes materiales, allá ellos. La realidad es que se ha tergiversado el texto bíblico para hacerlo encajar en una teología de prosperidad, algo que no es su verdadera significancia.

La bendición de Dios es tener su fortaleza para hacer frente a cada una de las circunstancias que nos tocan vivir en esta vida terrenal, preparándonos para la más importante, la eterna.



[i] Proverbios 30:8
[ii] Mateo 8:20
[iii] Hechos 18:3

 

Etel Taccari Polignano
Junto a su esposo son pastores en el barrio de Colegiales de la Ciudad de Buenos Aires
Unión de las Asambleas de Dios
Master en Teología Práctica
Profesora de matemática, física y química
Trabajó por décadas en el Departamento Nacional de Misioneritas UAD (ministerio dirigido a niñas  y adolescentes)
Profesora en varios Institutos Bíblicos

 

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Categoria: Edición 9 | Teología de la prosperidad, pobreza y Evangelio, Teología del Sur

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