¿PODEMOS OFRECER UNA TEOLOGÍA MEJOR? | OPERACIONES BANCARIAS EN EL REINO | Parte 1

| 21 abril, 2014

La siguiente es la primera parte de la exposición que la doctora Rosalee Velloso Ewell dictó en la Consulta Global de Lausana sobre TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD, POBREZA y EL EVANGELIO, que fue realizada en Atibaia, Brasil en abril de 2014. Agradecemos al Movimiento de Lausana el permiso para esta  publicación.

Deuteronomio 8: 10-19 (RVR1960)
La buena tierra que han de poseer. Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.
Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan
con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.

Amonestación de no olvidar a Dios. Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.

 

Mateo 6:19-23
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
La lámpara del cuerpo. La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

 

Enseñé en un seminario durante casi 8 años, aquí, en Brasil. Cierta vez, cuando estábamos viendo alguna de las características de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos y, en particular, las implicaciones económicas de esos textos bíblicos, un estudiante levantó su mano y preguntó: “Profesora, no podemos predicar estas cosas en nuestras iglesias. Hay mucha pobreza y las iglesias de alrededor predican sobre prosperidad, riqueza y bendiciones, eso es lo que las personas quieren oír. Si no predicamos sobre riqueza, ellos se irán a otro lado porque ellos oyen un mensaje de esperanza en las otras iglesias, las enseñanzas sobre prosperidad les dan esperanza. Ningún pobre quiere oír sobre el sacrificio, dar de uno mismo y vivir de manera simple.”

Las teologías sobre prosperidad, les dan esperanza. Parafraseando a John Stott y su legado al Movimiento de Lausana y la Alianza Evangélica Mundial, debemos encontrar maneras de ofrecer mayor esperanza, una mejor teología. Si fallamos en eso, no importará realmente cuán bien criticamos las enseñanzas sobre prosperidad, o cuán bueno sea nuestro análisis. Nuestro llamado es maravilloso: ofrecer una teología de esperanza verdaderamente bíblica y evangélica que tome seriamente lo que La Biblia tiene para decir sobre la justicia de Dios y sus bendiciones.

Ofrecer una teología mejor significa leer las Escrituras de tal manera que estemos forzados a pensar y repensar nuestras prácticas, nuestro estilo de vida, nuestra manera de “ser” iglesia, y en particular cómo éstas están moldeadas por micro concepciones acerca de la riqueza y las bendiciones de Dios.

En resumen, si vamos a ser una voz profética y una voz de esperanza y justicia, debemos reconocer que Dios juzga ciertas formas de vida. Hay muchas cosas que Dios juzga y condena, prácticas y doctrinas a lo largo de la historia cristiana que la iglesia ha considerado que no son dignas del Evangelio. Pero hay una cosa, a lo largo de la historia, desde las vivencias de la antigua Israel hasta el presente, que es juzgada más duramente: la idolatría

–no tendrás otros dioses ante mi–. La idolatría es el pecado de poner la confianza y el deseo por algo en el lugar que le corresponde a Dios.

Le pregunto, ¿en quién confía?, ¿en qué confía?

Mientras enseñaba sobre esta consulta y palabras de la Escritura que hablan sobre lo que hemos estado discutiendo esta semana, no pude evadir el gran sermón de Jesús, grabado en Mateo y Lucas. Preferiría no tener que hablar de este texto. ¿Por qué? ¿Qué es lo que hay en el Sermón del Monte que los incomoda? Estas palabras no pueden ser espiritualizadas, ellas no son un plan ideal para la persona perfecta, todo lo contrario, estás palabras de Jesús, en el diario vivir, el enojo, el matrimonio, cómo comemos, cómo hablamos con otra persona, dinero y riqueza. Estos textos son tan difíciles de leer por lo cercano que están a nuestra realidad.

Las Montañas, recordarás, –figura prominente en el Evangelio de Mateo– son los lugares de batalla, de oración y visiones, y de grandes sucesos. Es desde lo alto de una gran montaña, que el diablo tienta a Jesús por tercera vez, mostrándole todo el reino de este mundo y su esplendor (Cap. 4). Es en lo alto de una gran montaña, donde algunos discípulos permanecían atemorizados y confundidos durante la Transfiguración (Cap. 17); es en el alto de una gran montaña que Jesús ora (cap. 14). Es en una montaña donde Él es crucificado, y Mateo 28 relata cuando Él toma a sus discípulos y le recuerda acerca de su misión y de todo lo que les ha enseñado. Entonces, cuando Mateo dice que algo está sucediendo en una montaña, es bueno prestar especial atención ya que son momentos claves en la narrativa.

¿Cuál es el tema central del Sermón del Monte? Yo diría que no es el amor o el arrepentimiento, o la ética cristiana en sí misma, aunque son temas importantes. Pero el tema general es el reino y el aprendizaje para vivir en este reino que todavía existe en la verdadera persona de Jesús.

Una respuesta a las enseñanzas distorsionadas de la teología de la prosperidad tiene que ver con una teología del reino y la esperanza que Jesús nos ofrece mientras nos invita a este reino, pero el llamado de Jesús es más que una invitación. Se trata de otra forma de vida sustentable que no caiga en la trampa de la idolatría –la forma de vida en el Reino de Dios–.

Es un reino patas para arriba. Muy frecuentemente, usamos esa característica como una manera de evitar las enseñanzas, para ignorar y descartar esto como algo que refleja la vida en el 1er siglo palestino.

Bienaventurado es el pobre porque suyo es el Reino de los Cielos… bienaventurado el que busca la paz, bienaventurado son los perseguidos… regocíjate en la persecución. No queremos estar enojados, ser perseguidos o ser pobres, pero no podemos ignorar estos textos. Es Jesús enseñando cómo es la vida en este reino alternativo. En un reino en el aquí y el ahora, donde la gente se enoja, donde hay problemas en el matrimonio donde las personas tratan de mostrarse en la iglesia, donde el dinero es un amo que esclaviza y la riqueza, un nuevo ídolo.

Paul Freston nos mostró cómo la Teología de la Prosperidad es vista por aquellos que reciben el mensaje, cómo, para algunos, es una manera de desafiar el mercado capitalista, cómo le da poder a las personas al darles la oportunidad de ser “dadores de regalos” y no solo recibidores que están en deuda con los dadores. Les da un sentido de esperanza y un lugar de pertenencia. La Teología de la Prosperidad ofrece a las personas algo en lo que depositar su confianza.

Hay dos preguntas fundamentales:

  1. ¿A quién perteneces?
  2. ¿En quién o qué confías?

Las preguntas están relacionadas. Tu no debes tener otros dioses. La idolatría es reemplazar la confianza.

La confianza involucra relaciones. Es esa confianza que nuestros hijos nos tienen, es esa amistad por la cual el mundo se transforma en un lugar mejor, es saber que estas personas, esta familia es tu pequeña banda y este es el lugar dónde tu perteneces.

En los Evangelios, Jesús le enseña a los discípulos una nueva manera de confiar y luego una nueva manera de pertenecer. Jesús llama a Simón Pedro y su hermano Andrés (4:18), Santiago y Juan, pescadores, simples muchachos, trabajadores que no estaban en su mejor momento económico. ¿A quién llama luego? A Mateo, el cobrador de impuestos, el muchacho que trabajaba para el imperio, quien recibía sobornos y engañaba a otros, como a los pescadores. No hay manera natural de que Pedro y Mateo sean amigos. Es algo ilógico poner a Mateo, el cobrador de impuestos, y a Pedro, el pescador, en la misma comunidad. Aún así, esto es exactamente lo que ocurre en el reino que estamos viviendo aquí.

Jesús hace posible una nueva manera de pertenecer que está centrada en lo que está a su alrededor. Al seguir a Jesús, sus discípulos no solo están uniendo sus vidas a la de su amo, sino también las vidas de unos con las de otros. Esto es parte de lo que significa seguir a Jesús. El discipulado es estar juntos y tratar de seguir a Jesús juntos. Cuánto más cerca estamos de Jesús, más cerca estamos los unos de los otros.

Nuestra confianza en Jesús permite que confiemos en otros. En el reino hay otras personas alrededor tuyo, se trata de una nueva manera de ser, una nueva vida en comunidad es posible a través de Jesús. Si el discipulado se tratara solamente de algo individual en el reino, no necesitaríamos el Sermón del Monte. ¿A quién le interesaría cómo vivimos o qué hacemos con nuestro dinero? Pero no se trata de algo individual, se trata de cómo compartimos la vida en el Reino de Jesús. Jesús nos atrae a sí mismo y nos atrae hacia otros, y esta es la promesa que Él nos ofrece a ti y a mí.

 

Rosalee Velloso Ewell
Directora de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica Mundial
Editora de Nuevo Testamento del Comité Latinoamericano de Literatura Bíblica
Doctora en Filosofía PhD, Duke University
Master en Artes MA, Fuller Theological Seminary

 

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
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Categoria: Edición 9 | Teología de la prosperidad, pobreza y Evangelio, entrega 6, Teología del Sur

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