CUANDO DESCUIDAMOS LA PARTICIPACION DEL ESPIRITU SANTO

| 21 julio, 2014

La necesidad del trabajo pastoral en toda su dimensión nos insume más tiempo del que pensamos, nos acostumbramos a eso, lo que hace que perdamos nuestra relación primero y luego nuestra dependencia del Señor.

Una de las distracciones riesgosa es la de las muchas ocupaciones.

Es cierto, y es verdad, que estamos en la tarea de ganar las almas, arrebatarlas del infierno, en esa tarea nos encontramos comprometidos.

Este compromiso nos lleva a pensar en diferentes estrategias para lograr el cometido. Es allí donde podemos, con mucha sinceridad, cometer el error de distracción, usamos todas nuestras capacidades para la organización, el desarrollo del plan la aplicación del plan, mirando los resultados del plan, habiendo pensado en todos y cada uno de los detalles, incluyendo a las personas para la ejecución el plan.

Esto es lógico, necesario, debe ser así.

Es en ese afán de hacerlo todo ordenado, tenerlo todo bajo control, que se nos escapa la acción más importante para el éxito del plan: La dependencia del Espíritu Santo.

Damos por sobreentendido que, sin su ayuda, nada podrá resultar exitoso.

Es en este punto que deseo hacer hincapié, en la necesidad de organizar todo si, pero también en darle espacio al Espíritu Santo para aprobar y/o desechar lo que pueda estar de más, o agregar lo que pudiera faltar.

En nuestra labor pastoral, que no solo es predicar, sino orientar a nuestros creyentes en muchas y variadas situaciones, que pueden en el ejercicio del pastorado, volvernos profesionales y, casi automáticamente, sabiendo que tenemos que hacer o decir, actuamos, experimentando que poco a poco somos más dependiente de nosotros mismos, de nuestra habilidades que del Señor y sus indicaciones.

La necesidad del trabajo pastoral en toda su dimensión nos insume más tiempo del que pensamos, nos acostumbramos a eso, lo que hace que perdamos nuestra relación primero y luego nuestra dependencia del Señor.

No dejemos que las muchas actividades nos lleven al aislamiento espiritual, creyendo que podemos solos sin darle la participación al Señor.

Pensemos, reflexionemos, recomencemos.

 

 

 

Samuel Daniele
Graduado del IBRP, ha pastoreado varias iglesias en Argentina
Fundador y pastor de la Iglesia Nuevo Amanecer, Córdoba
Integró la Comisión de la Región III de la UAD
Pastor evangelista en varias campañas en el país y en toda Italia
Profesor en distintos institutos bíblicos en Córdoba

 

 

 

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Categoria: Edición 11 | Distracciones Riesgosas, entrega 2, Evangelismo

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