DISTRACCIONES RIESGOSAS

| 25 agosto, 2014

Creo que una de las distracciones más peligrosas en la iglesia del siglo XXI es el enfoque teológico que ella está viviendo, pues con la excusa de ser contemporánea, se están trastocando bases fundamentales enseñadas por Jesús.

Hay una tensión entre el mensajero y el mensaje que parece diluirse en consignas exitistas afectadas por la sociedad de consumo. El mensajero (Jesús encarnado en Nazaret) predicó y vivió coherente con su mensaje: El Reino de Dios y su justicia, fue y es LA PALABRA encarnada, nadie más que Él tuvo autoridad para hablar del Padre.

Otra de las distracciones peligrosas es el querer impactar a las personas enfatizando el “cómo” se presenta el mensaje; de hecho las formas y el método no son ni buenos ni malos en sí mismos. Los eventos, festivales y cultos especiales ayudan y llevan a la creatividad de la iglesia, a adaptarse a los medios actuales de comunicación, pero el derroche de energía volcado en los mismos puede incluso tensar a los instrumentos humanos y creer que los resultados dependen de dichos esfuerzos.

Creo que para muchas comunidades de fe se les complica vivir encuentros espontáneos ya que estamos más pendientes del CRONOS –tiempo, reloj–. Los compromisos diarios, las agendas abultadas por tareas diversas hacen muchas veces que la espontaneidad quede relegada a un segundo plano. No sé, me imagino las comunidades primitivas como grupos fraternos más ligados a reunirse por celebrar al Cristo resucitado, sin tantas estructuras ni formalismos.

Un ejemplo casero puede servir de ilustración: Si tenemos una fiesta, por ejemplo un cumpleaños, y somos los anfitriones de recibir a nuestros invitados, además del gasto de alimento y de bebida, estamos tensos arreglando el salón o nuestra casa, pensando quiénes y cómo vendrán, quiénes se sentirán bien, en suma nos cargamos de una tensión que cuando llega el momento más deseado en vez de disfrutar el evento nos sentamos en la silla fundidos por la tarea realizada. ¿No nos ha pasado que en encuentros no tan programados de amigos nos ha salido un encuentro sin precedentes? Así veo la iglesia en muchas ocasiones.

Desde ya que necesitamos horarios y un orden para reunirnos, además si la iglesia local es de una membresía grande tenemos que contar con más colaboradores para atenderla, pero tener claro que los resultados no dependen de nosotros, si el esfuerzo.

Por último creo que otra distracción son los antagonismos. En el Nuevo Testamento no hay una iglesia igual a la otra. Hoy se enfatiza mucha en el pensamiento local destruyendo a los “diferentes” y a esto se le suman las redes sociales, de atacar ideas o principios que son más visiones particulares que doctrinas. Hay muchas corrientes teológicas, cada una creyéndose dueña de la verdad. No sé por qué Jesús se preocupó mucho en alertarnos de la levadura de los fariseos, es una levadura que necesita justificar “su santidad” a costa del pecador que tiene enfrente. En la época de Jesús estaba el poder político de los romanos, el Señor sabía que era temporal y pasaría con el tiempo, en cambio el otro fermento era más sutil y peligroso. Es el mismo que hoy tenemos que velar para que no envenene la masa de nuestra comunidad.

 

José Luis Velicio
Pastor ordenado por la Iglesia de Dios ALIDD en Abril de 1986
Director del Hogar la Casita 1990-1992
Profesor del seminario Emmanuel en Teología 1989-1995
Profesor de Informática

 

 

 

 

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Categoria: Edición 11 | Distracciones Riesgosas, entrega 7, Reflexiones

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