PARA EL SEÑOR QUE AMAMOS. Parte VII.B.

| 16 marzo, 2015

El compromiso de Ciudad del Cabo. Movimiento Lausana.

Continuamos con la entrega del material publicado por el Movimiento de Lausana.

  1. AMAMOS EL MUNDO DE DIOS

c. Amamos a los pobres y a los que sufren en el mundo. La Biblia nos dice que el Señor muestra su amor hacia todo lo que ha hecho, que defiende la causa de los oprimidos, ama al extranjero, alimenta al hambriento y sostiene al huérfano y a la viuda.27 La Biblia también muestra que Dios desea hacer estas cosas a través de seres humanos comprometidos con estas acciones. Dios hace responsables especialmente a quienes son designados como líderes de la política o la justicia en la sociedad,28 pero ordena a todo el pueblo de Dios –por la Ley y los Profetas, los Salmos y los libros de Sabiduría, Jesús y Pablo, Santiago y Juan– que refleje el amor y la justicia de Dios en amor y justicia prácticos a favor de los necesitados.29

Este amor por los pobres exige que no sólo amemos la misericordia y las acciones de compasión, sino que también hagamos justicia denunciando y oponiéndonos a todo lo que oprime y explota a los pobres. “No debemos tener temor de denunciar el mal y la injusticia dondequiera que existan”.30 Confesamos con vergüenza que, en este tema, no compartimos la pasión de Dios, no encarnamos el amor de Dios, no reflejamos el carácter de Dios y no hacemos la voluntad de Dios. Nos consagramos nuevamente a la promoción de la justicia, incluyendo la solidaridad y la defensoría de los marginados y oprimidos. Reconocemos esta lucha contra el mal como una dimensión de la guerra espiritual que sólo puede librarse a través de la victoria de la cruz y la resurrección, con el poder del Espíritu Santo y con oración constante.

d. Amamos a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Jesús llamó a sus discípulos a obedecer este mandamiento como el segundo más importante de la ley, pero luego tomó la orden dada en el mismo capítulo, acerca de amar al prójimo, y la profundizó radicalmente al decir: “Amad a vuestros enemigos”.31

Este amor por nuestros prójimos exige que respondamos a todas las personas desde el corazón del evangelio, en obediencia al mandamiento de Cristo y siguiendo el ejemplo de Cristo. Este amor por nuestros prójimos abraza a personas de otras creencias religiosas, y se extiende hacia quienes nos odian, calumnian y persiguen, y aun nos matan. Jesús nos enseñó a responder a las mentiras con la verdad; a quienes hacen el mal con actos de bondad, misericordia y perdón; a la violencia y el asesinato contra sus discípulos con abnegación, a fin de atraer a las personas hacia él y para romper la cadena del mal. Rechazamos enfáticamente el camino de la violencia en la difusión del evangelio, y renunciamos a la tentación de tomar represalias para vengarnos de quienes nos hacen mal. Esta clase de desobediencia es incompatible con el ejemplo y la enseñanza de Cristo y del Nuevo Testamento.32 Al mismo tiempo, nuestro deber de amor para con nuestros prójimos que sufren nos exige buscar justicia para ellos a través de la apelación adecuada a las autoridades jurídicas y estatales que funcionan como siervos de Dios para castigar a los malhechores.33

e. El mundo que no amamos. El mundo de la buena creación de Dios se ha convertido en el mundo de la rebelión humana y satánica contra Dios. Se nos ordena no amar ese mundo del deseo pecaminoso, la avaricia y el orgullo humano. Confesamos con dolor que precisamente estos signos de mundanalidad muy a menudo distorsionan nuestra presencia cristiana y niegan nuestro testimonio del evangelio.34

 

Nos comprometemos nuevamente a no coquetear con el mundo caído y sus pasiones transitorias, sino a amar a todo el mundo como Dios lo ama. Así que amamos al mundo con un anhelo santo por la redención y la renovación de toda la creación y de todas las culturas en Cristo, la reunión del pueblo de Dios de todas las naciones hasta los confines de la tierra, y el fin de toda destrucción, pobreza y enemistad.

 

27 Salmos 145:9,13,17; 147:7-9; Deuteronomio 10:17-18
28 Génesis 18:19; Éxodo 23:6-9; Deuteronomio 16:18-20; Job 29:7-17; Salmos 72:4,12-14; Salmos 82; Proverbios 31:4-5,8-9; Jeremías 22:1-3; Daniel 4:27
29 Éxodo 22:21-27; Levítico 19:33-34; Deuteronomio 10:18-19; 15:7-11; Isaías 1:16-17; 58:6-9; Amós 5:11-15,21-24; Salmos 112; Job 31:13-23;
Proverbios 14:31; 19:17; 29:7; Mateo 25:31-46; Lucas 14:12-14; Gálatas 2:10; 2 Corintios 8–9; Romanos 15:25-27; 1 Timoteo 6:17-19;
Santiago 1:27; 2:14-17; 1 Juan 3:16-18
30 El Pacto de Lausana, párrafo 5
31 Levítico 19:34; Mateo 5:43-44
32 Mateo 5:38-39; Lucas 6:27-29; 23:34; Romanos 12:17-21; 1 Pedro 3:17-22; 4:12-16
33 Romanos 13:4
34 1 Juan 2:15-17

 

lausana cape town

 

MOVIMIENTO LAUSANA
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo
1era de Corintios 5.19
www.lausanne.org/es/

 

 

 

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.

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Categoria: Edición 14 | Ser Iglesia aquí, hoy, entrega 3, Evangelismo

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