¿QUÉ VES CUÁNDO LEES?

| 17 octubre, 2016

Cartas leídas: texto y textura de nuestras vidas 

Al igual que mi hijo Francisco cuando descubre algo de este maravilloso planeta por primera vez (algún bichito “nuevo” con muchas patas en nuestro patio, una semilla o la fragilidad de una burbuja, entre otros hallazgos), así estaba de fascinado yo hace poco tiempo, cuando entendí más profundamente el significado y alcance de dos palabras ligadas entre sí: texto y textura.

El texto es una unidad de lenguaje.

Cuando hablamos de texto, generalmente pensamos solo en la escritura; sin embargo, esta unidad es apenas una de sus formas o modos; una anécdota: las argumentaciones que utilizamos para defendernos de acusaciones o una simple oración para bendecir los alimentos también lo son. Ahora bien, todo lo referido hasta aquí quedaría incompleto si no aclarara que la construcción de lenguaje se manifiesta de igual manera en otros terrenos que exceden a la oralidad o la escritura: el lenguaje corporal, a mi entender, es un texto en constante elaboración.

Lo interesante es que el texto tiene textura y es lo que lo distingue de aquello que no es texto. Al igual que diversos y coloridos ovillos de lana, por separado no conforman un telar, tampoco los signos sueltos, sin un entramado que produzca sentido son textos en sí mismos.

¿A dónde quiero llegar con todo esto?

Caí en la cuenta de que somos “textos que caminan”; ya sea que hablemos, escribamos o nos movamos, el entramado que vamos formando con nuestros contextos, sentires, experiencias y competencias produce a cada momento MENSAJES que son enviados y recibidos por los más variados actores.

Mientras escribo estas líneas, viene a mi mente como ráfaga aquel pasaje bíblico en el que Pablo, con cierta ternura y santo orgullo, deja en claro a la comunidad de fe en Corinto que ellos son una carta de Cristo, escrita con el Espíritu de Dios por intermedio suyo, reconocida y leída por todo el mundo, y grabada en su corazón.* 

Medito en sus palabras. Al parecer, como seguidores de Jesús somos cartas leídas, una especie de “texto con patas” que no para de producir significado en quienes nos observan. Lejos de brindarme calma, esta afirmación trae consigo algunas preguntas que considero que los que tenemos la responsabilidad de pastorear nos debemos hacer:

¿Qué mensajes estamos dando los cristianos a la sociedad? ¿Qué lectura hacen de nosotros? ¿Es el Espíritu de Dios el que escribe en el corazón de nuestra gente, o somos nosotros implantando cuanto capricho “eclesialoide” se nos venga a la cabeza?

Pertenecer a una contracultura trae aparejado rechazo, persecución, burla y, paradójicamente, admiración. ¿Será que gran parte de las personas, incluyendo a muchos que abandonaron nuestros templos, abrazan las buenas noticias de Jesús pero no toleran nuestras rígidas costumbres?

Con tristeza y parte en la responsabilidad, como evangélico, debo reconocer que, durante años, como iglesia hicimos la vista gorda al sufrimiento del pueblo; nos importaron más los números, la estructura y el tamaño de nuestros auditorios que la gente en sí. Ubicando a los programas y horarios por encima de todo, quedamos cautivos de una sobrevaloración a las reuniones y cultos de todo tipo, tamaño y sabor, pero que nos hicieron perder el norte de lo que es vivir y pensar en comunidad. ¿No conforman todas estas actitudes un mensaje? ¿Con qué hilos estamos tejiendo el desafiante entramado de ser iglesia?

¿Cuál es nuestro mensaje? ¿Cuál el de Jesús?

“¿Empezamos otra vez a recomendarnos? ¿Acaso necesitamos cartas de recomendación de ustedes o para ustedes? Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, reconocida y leída por todo el mundo. Nadie puede negar que ustedes son una carta de Cristo, que él redactó por medio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo. No en tablas de piedra, sino en corazones de carne.”

2ª Corintios 3:1-3 (La Biblia de nuestro pueblo)

 

  

 

 Guillermo Rodriguez

Guillermo Alejandro Rodríguez
Pastor de Jóvenes de la Iglesia Bautista del Nuevo Tiempo (Adrogué)
Miembro fundador del Movimiento de Emergencia Comunitaria
Baterista visceral

 

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.

Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.

La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

 

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Categoria: Edición 18 | Los mensajes, entrega 3, Evangelismo, MINISTERIOS

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