ORAMOS COMO PUEBLO DE DIOS EN JESUCRISTO

| 17 diciembre, 2012

Fueron dos las reuniones de oración más grandes en las que participé en mi vida. Una para cerrar el siglo que se iba (11 de setiembre de 1999) y otra, que duplicó la primera, para abrir el siglo que comenzaba (15 de setiembre de 2001). Ambas en un lugar emblemático, el Obelisco de Buenos Aires, la segunda replicada en treinta ciudades del resto del país, las llamamos Concentración del Pueblo Evangélico, y realmente fueron encuentros de unidad como hasta entonces no se había conocido. Junto con la proclamación evangélica y profética, la adoración, la alabanza, nos unimos en la oración, con acción de gracias, confesión e intercesión.
¿Seguimos orando por lo mismo? ¿Cumplimos nuestras intenciones? ¿De qué manera nos respondió Dios? Recordemos los motivos, meditemos y respondamos.

Oramos intercediendo delante de Dios, clamando por nuestra nación, en medio de la crisis que estábamos viviendo.

Oramos reconociendo que la situación de crisis que se vivía no era por una jugarreta del destino, sino la consecuencia de no haber hecho lo que debíamos y hacer lo que no debíamos:

Valorando más a los astutos que a los honestos, prefiriendo el facilismo y la especulación.
Desplazando el valor del ser humano del centro de las decisiones económicas y políticas.
Institucionalizando la injusticia y la impunidad usando su poder político o económico.
Saqueando nuestros recursos, sacrificando niños y ancianos al ídolo del dinero y la usura.
Amenazando a la familia poniendo en primer lugar el placer y el consumismo.
Alejándonos de Dios y de sus propósitos de bienestar y justicia para todos.

Oramos consagrándonos a seguir a Jesús quien con su ejemplo nos muestra el camino, quien “siendo rico se hizo pobre”.

Él nos da la paz y bendice a los pacificadores, y rechaza la violencia de las armas, del hambre, de la pobreza y de la desocupación.
Él nos convoca a orar y trabajar por la paz, porque la violencia no se vence con más violencia, sino que solo con justicia y verdad puede haber paz.
Él nos llama a ser solidarios, e invitamos a todos sin distinción al único objetivo de servir al prójimo, para multiplicar los esfuerzos solidarios.
Él se hizo hombre para restaurar la dignidad del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios.
Él nos enseña que debemos estar al lado del débil y del que sufre, asociados a su obra creadora por una sociedad en la que reine la justicia y no haya que mendigar el derecho.

Oramos consagrándonos a seguir a Jesús, cuya justicia demanda una igualdad sin discriminaciones ni exclusiones.

Igualdad que debe estar presente explícita e implícitamente en nuestras leyes.
Igualdad en el acceso a la educación y la salud.
Igualdad en los esfuerzos económicos y en la distribución de la riqueza.
Igualdad en el reconocimiento de los derechos de los primeros pueblos que habitaron estas tierras.
Igualdad en el trato con los inmigrantes que llegan a nuestro suelo.
Igualdad sin ningún tipo de discriminación, por eso queremos para nuestro país igualdad religiosa.

Sabemos que por el poder de Dios en Jesucristo una nación diferente es posible.
Es tiempo de que nuestras acciones hablen tan fuerte como nuestras palabras.

 

Emilio Monti
Pastor metodista.
Licenciado en Teología.
Profesor de Filosofía y Pedagogía.
Doctorando en Ciencias Humanas y Arte.
Profesor Emérito del Instituto Universitario ISEDET
Ex Decano y Profesor de Teología Práctica del Instituto Universitario ISEDET
Ex Profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Capellán y Vicerrector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano de Rosario
(UCEL).
Trabajó activamente en ayudo a Refugiados (CAREF) y en defensa de los Derechos Humanos
(MEDH) y en la acción ecuménica (FAIE)
Integró a nombre de las iglesias evangélicas el Consejo Nacional de Políticas Sociales del
Gobierno de la Nación.

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

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Categoria: Archivo Documental, Edición 1 | LA ORACIÓN, entrega 7, TESTIMONIOS E HISTORIA

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