LAS MANOS Y EL PAN

| 15 julio, 2013

En el mundo actual hay suficiente comida para todos y cada uno de sus habitantes. Entonces, ¿por qué hay hambrunas usadas como arma letal en contra de los pueblos? ¿Cuáles son las manos que proveen el pan nuestro de cada día? ¿Cómo es la red mundial de los alimentos? ¿Quién es la última casa que se beneficia en el tramo final del postrer eslabón en la cadena de las materias primas?
La oración modelo de Cristo es clamar por el origen de las manos que nos provee el pan cotidiano. Quizás algo quería advertir el Maestro…

Marie O´Connor escuchó por última vez la voz de su hijo de cuatro años. Esa voz sollozante exclamaba una frase que ya no soportaba volver a escuchar: -“Mamá tengo hambre”. Fría, etérea, confundida, pero totalmente decidida tomó a su hijo en brazos y se dirigió al lago Arrow, donde se introdujo. Ambos desaparecieron. Al otro día un pescador encontró los cuerpos sin vida de Marie y su bebé. Esta trágica historia sucedió durante la hambruna que atacó a Irlanda en el año 1845.

Ellos no fueron los únicos que murieron. Registra la historia que murieron de hambre más de un millón de personas.

Anna y Pedro Podvolochisk se miraron y se entendieron. Sabían aún sin decir nada lo que iban a hacer. En la pequeña cocina yacía inerte y sin vida el hijo menor de ambos. En el cuarto de al lado lloraban tres hijos más. Pero estos niños no lloraban por la pérdida del hermanito, estos niños lloraban de hambre.

El diminuto cadáver pasó en breve a satisfacer temporalmente los vientres vacíos del resto de la familia. Esta patética y turbadora historia sucedió en Ucrania entre los años 1932 y 1933, cuando la hambruna los sacudió. Se calcula que unas 25.000 personas morían por día en ese castigado país. Al final de 1933 la suma de muertos ascendió a ocho millones de personas.

Lixue Shang había pasado algunos días sin comer pero no le importaba. Lo único que la movilizaba y mantenía viva era la mirada de su hija cuando fijaba sus ojos en ella al darle de mamar. Esa tarde de agosto se disponía a amamantarla una vez más. Fue la última vez que lo hizo. En vez de leche salió sangre. Año 1960 en China. Junto con Lixue y su pequeña Li, también murieron quince millones de chinos.

Estos trágicos relatos nos manifiestan vez tras vez que nuestra historia como humanos, habitantes de este mundo, es muchas veces adversa, hostil, perversa y sumamente injusta.

Ahora bien, nuestro mundo produce la suficiente comida para alimentar a todos y a cada uno de sus habitantes. Entonces: ¿por qué tiene que escasear o faltar este pan? O en el peor de los casos, ¿por qué deben morir por millones cuando hay sobre producción con excedente en otros lugares? ¿En manos de quién está este pan nuestro de cada día? ¿Por qué muchas veces su suministro es usado como un arma letal en contra de los pueblos?

Haciendo un poco de historia, el uso de los alimentos como arma se remonta por lo menos casi tres milenios atrás, a Babilonia. Pero es la Roma imperial quien toma la iniciativa, la misma estrategia persigue Venecia y sus sucesores, incluyendo al poderoso ducado de Borgoña. Les siguen, en continuidad, las compañías holandesas y británicas, las compañías de India Oriental y de India Occidental. Las compañías de alimentos contemporáneos fueron creadas sobre la base de este modelo antiguo, sistema de redes e infraestructura de tramos.

Veamos entonces como se conforma hoy en día la red mundial de alimentos:

De diez a doce grandes compañías, apoyadas por otras tres docenas de empresas menores, controlan el suministro de alimentos en el mundo. El control de los mismos es anglo-suizo-holandés, y se concentra alrededor de la casa de los Windsor de Gran Bretaña.

Dirigidas por las seis grandes compañías cerealeras: Cargill, Continental, Louis Dreyfus, Bunge & Born, André y Archer Daniel Midlands. Se establecen como una asociación interconectada.

Las mismas están divididas por regiones, específicamente en cuatro regiones: Estados Unidos, la Unión Europea -especial Francia y Alemania-, las naciones del Commonwealth Británico -Australia, Canadá, República Sudafricana y Nueva Zelanda-, y la Ibero América -Argentina y Brasil-.

La trama de desigualdad es tan enorme que tan solo las compañías Cargill y Continental controlan el 50% del comercio de cereales del mundo. Las cuales no tan solo exportan los granos del trigo, la avena, la cebada del maíz y del centeno sino también controlan la carne, la leche, los aceites de mesa y grasas, frutas, azúcar y toda forma de especias, y sus medios de transporte.

Es propio de los países productores exportar sus excedentes. Pero a las cuatro regiones de exportación les fue proporcionado el predominio de un modo tan cruel, que gran parte del resto de la humanidad fue condenada a la postergación. Dado que el poder central de este cartel les niega a estas naciones: semillas, fertilizantes, control del agua, electricidad, transporte de ferrocarril, es decir, todos los bienes de capital e infraestructura necesarios para transformarlos en productores autosuficientes de alimentos. Estas naciones fueron reducidas al estado de esclavitud: o importan de estas regiones o mueren de hambre.

Es así como estos gigantes abren sus fauces y se tragan y devoran con gusto a los inocentes del mundo. Tienen un solo dios, se llama DINERO, y un solo mesías, se llama MERCADO.

Un niño que muere de hambre es ASESINADO. Esta es la verdad y hay que gritarla desde los techos.

Pero, singularmente la oración de Jesús fue: “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy”.

En otras palabras quería decir: el pan que por derecho nos pertenece que venga de tu mano. No de la mano de los hombres, porque sabía cuáles eran las avaras manos que se adueñan del pan.

Por Flavio Josefo, historiador judío, sabemos que en los tiempos de Jesús, la presión fiscal sobre las clases populares era tan grande que Herodes se había visto obligado a bajar los impuestos varias veces para evitar disturbios generales, (Flavio Josefo, Antigüedades Judías, 15,365. 16,64). El mismo Herodes se había apoderado, por medio de confiscaciones, de una cantidad enorme de tierras de campesinos que fueron vendidas después de la destitución de su hijo Arquelao, yendo a parar a manos de ricos que de este modo se hicieron más ricos ( F. Josefo, Antigüedades Judías 17, 355,18,2).

Los beneficios por parte de los terratenientes eran inmensos. Sabemos de Juan de Giscala que vendió aceite a Siria con una ganancia del setecientos por cien (Flavio Josefo, Guerra Judía 2, 591).

Con razón cuando los fariseos fueron a Jesús para decirle que se fuera de la región porque Herodes lo quería matar, Él le dijo: “Díganle a esa zorra que voy a seguir haciendo el bien hoy y mañana y al tercer día termino mi obra”. Lo trató de ZORRA por su astucia, argucia y voracidad.

Dentro de esta situación socio-político-económica de grandes desigualdades como las que existen ahora, Jesús multiplicó el pan.

El relato del Evangelio de Marcos 6 pone en evidencia la determinación que tenía Jesús al querer alimentar a TODOS. Siendo que Él mismo era considerado como el PAN que descendió del Cielo. No dudó en elevar su mirada hacia el Cielo. La elevó como acto de fe al ver la sustancia espiritual en donde TODAS LAS COSAS SON POSIBLES. Nos enseñó que cuando hay compasión, el pan se multiplica y se seguirá multiplicando. Que la fe sola no alcanza sino va acompañada por gente justa que sepa repartir con equidad a toda la multitud.

A los HIJOS siempre nos acompañarán los milagros pero es necesario saber que la justa distribución de las riquezas terrenales y celestiales debe venir seguidas por un sincero sentimiento de equidad y de justicia. Para que no haya ningún necesitado entre nosotros.

Una viuda en la ciudad de Samaria abrió sigilosamente la puerta de su casa a un desconocido que le pidió comida. Era la última ración que tenía esta mujer para ella y su hijo para luego esperar la muerte por inanición. Sin embargo, la fe pudo más. Y amasó ese último pan para el forastero misterioso; ese extraño, a quien ella alimentó, resultó ser un enviado de Dios, un profeta. La harina y el aceite nunca más escasearon en la casa de aquella mujer.

Que este ejemplo nos sirva para entender que tenemos las armas espirituales para enfrentar la lucha del hambre pero debemos llegar a un total entendimiento de que nuestra guerra también es contra el sistema de injusticias del mundo. Y que no podemos ser tolerantes con él ni aceptar sus absurdos.

Actualmente la agricultura mundial podría alimentar a doce mil millones de personas, es decir, el doble de la población del planeta. Pero tan sólo en el año pasado murieron de hambre treinta y seis millones. Estas son las cifras que nos proporciona la FAO. Sin embargo nadie las cuestiona. Se las acepta como una normalidad. Las noticias nos entretienen, nos pueden llegar a emocionar o impactar pero no nos movilizan. No nos indignan lo suficiente como para ponernos a trabajar a favor de la paz y de la justicia.

Los precios de los alimentos en el mundo los fija el Comodities Stock Exchange de Chicago, conforme a las técnicas bursátiles, según las reglas del capitalismo financiero de la bolsa, con contratos a términos y especulaciones. La gente muere de hambre por culpa de las cotizaciones bursátiles. Por eso los precios de la alimentación deberían negociarse contractualmente entre los estados. Nunca desde una bolsa de comercio. Es indispensable romper con la especulación financiera para que los alimentos garanticen la supervivencia de todos los seres humanos.

Dios no tiene otra voz en la tierra que la tuya y la mía. No tiene otras manos que las tuyas y las mías. No tiene otros pies que los tuyos y los míos.

Cuando Él caminó la tierra estuvo con los necesitados, cuando el levantó la voz, los denunció, y sentó posición. JESÚS NUNCA FUE NEUTRAL. Cuando él tuvo pan en su mano lo multiplicó.

¡Vamos Pueblo de Dios! Que si hay fe, habrá milagros; si hay milagros, habrá provisión; si hay provisión, habrá compasión; si hay compasión, habrá multiplicación; si hay multiplicación, habrá distribución; si hay distribución, habrá equidad; si hay equidad, habrá justicia; si hay justicia… EL REINO DE DIOS YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS, porque el Reino de los Cielos es un reino neto de JUSTICIA.

Bibliografía: “El Cártel de los alimentos”. Publicación de El Centro de Estudios Políticos para las Relaciones Internacionales y el Desarrollo (CEPRID).
Datos extraídos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)
“Las horribles Hambrunas del Pasado”. Eduardo Ferreyra. FAEC
“Antigüedades Judías”. Flavio Josefo.
“Guerras Judías”. Flavio Josefo.
Citas Bíblicas: San Mateo 6:11, 1ª Reyes 17: 7-24, San Marcos 6:30-44, Lucas 13:31,32.

 

Mimi Agostino
Educadora en la Región 5
Distrito de Alte. Brown
Directora y Representante Legal del Instituo Educativo Vida Cristiana del mismo distrito

 

 

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