PASTOR DE MEGAIGLESIA SE CONVIERTE AL CATOLICISMO

| 31 marzo, 2014

Ulf Ekman, fundador de la megaiglesia “Palabra de Vida” en Uppsala, Suecia, anunció en el culto del domingo 9 de marzo que había decidido, junto con su esposa, su conversión al catolicismo.

No es un hecho menor esta determinación, cuando precisamente Ekman ha sido, según Stefan Gustavsson, secretario general de la Alianza Evangélica Sueca, “el líder cristiano más dinámico e influyente que hemos tenido en Suecia durante el último medio siglo”.

Sus orígenes ministeriales se produjeron en la Iglesia Luterana de Suecia, donde fue ordenado pastor. Su experiencia carismática lo llevó a dirigirse hacia el pentecostalismo.

A comienzos de la década del ´80 se relacionó con el evangelio de la prosperidad, cuyos principales exponentes han sido Kenneth Hagin y Kenneth Copeland. Luego asistió al seminario Rhema, del movimiento “Palabra de Fe”, de los Estados Unidos.

Por muchos años Ekman enfatizó las sanidades y la prosperidad como parte del avance del Reino. Muchos de sus colaboradores llegaron también del luteranismo. Probablemente debido a ello, la Iglesia de Uppsala conservó un fuerte sentimiento por todo lo sacramental, a modo de ejemplo citamos que la Santa Cena se celebraba tres veces a la semana, dentro de un formato de estilo clásico de ritualidad.

Constantemente tuvo contactos con el catolicismo, manteniendo un acercamiento y amistad con Raniero Cantalamessa, sacerdote católico muy reconocido como parte del movimiento carismático. Esto llevó a Ulf Ekman a una comprensión particular de la Iglesia Católica como un reflejo de la encarnación visible del Reino de Dios.

Al anunciar su determinación ante la Iglesia “Palabra de Vida”, que pastoreó hasta el año pasado, señaló que la confirmación final de de su determinación fue el conocer el video que el Papa Francisco grabó, el mes pasado, para un congreso de pastores pentecostales en Estados Unidos.

Agregando textualmente: “Necesitamos lo que Jesús ha puesto en la Iglesia Católica. Necesito los sacramentos, necesito el Magisterio, necesito al Papa, necesito la tradición que gestionan. Tengo necesidad de la Iglesia para mi propia salvación”.

A su tiempo Birgitta, su esposa que tomó mancomunadamente con él esta determinación, expresó “cuando descubrí todos esos aspectos positivos (de la fe Católica) pensé: ¿Por qué nadie me lo dijo? Pensé: Alguien me lo ha ocultado, a mí y a todos los demás no-conformistas.  Fue una experiencia repentina después de mucha lectura. La expiación, la sanación, la creencia en los milagros… todo esto está de una manera fuerte y bien articulada, y mucha gente ni siquiera lo sabe. Me sonrojé de vergüenza al descubrir nuestra ignorancia”.

El cambio realizado por Ulf Ekman llama mucho la atención, no tanto en la determinación particular de un individuo, pues esto atañe a cuestiones de estricto orden personal, sino en cuanto a la actitud del liderazgo que ha generado confusión. Este suceso no deja de ser una alarma específica sobre una realidad que se viene dando desde hace un año, cuando el cardenal argentino, Jorge Bergoglio, fue nombrado Papa de la comunidad católica.

A partir de allí hubo un gran cambio en el discurso de muchos líderes evangélicos, que pareciera se han dejado encandilar por la forma como Francisco ha tratado de presentar esta nueva etapa del catolicismo.

No puede dejar de llamarnos la atención la gran cantidad de voces reconocidas que salieron a hablar de un hombre Cristocéntrico cuando, desde lo doctrinal, el Papa actual nada ha cambiado con referencia a sus antecesores en la idea de privilegiar el sentir por la virgen María.

En esta primera etapa de su pontificado está claro que Francisco promueve una unidad que va más allá de la teología, es evidente que está más interesado en la empatía, en las relaciones, en el acercamiento entre las personas, en armar una componente que genere sentir de pertenencia aunque la creencia difiera.

La integridad, en esta etapa, no está entre las prioridades y es muy difícil entender la diferencia entre el Cardenal Bergoglio que promovió multitudinarias marchas contra el matrimonio homosexual en nuestro país hace muy poco tiempo, con esta postura del ahora Papa Francisco, de decir: “¿Quién soy yo para juzgar a los gays?”

¿Qué hay detrás de este cambio? Sinceramente no nos habría de inquietar demasiado a nosotros los evangélicos como tales, si no fuera por el firme apoyo que está desarrollándose  entre algunos de los nuestros para con el líder católico.

Truena ruidoso, a la vez, el silencio de muchos otros líderes, que pareciera que no se animan a enfrentar el desafío de esta hora expresando una opinión de peso, prefiriendo esconderse en un silencio que les otorga la comodidad de no arriesgarse y quedar bien parados con todos, dejando un vacío del que seguramente habrá que dar cuentas el día que sean sopesadas todas nuestras obras.

¿Es qué corremos detrás de lo que dice la gente? Porque el periodismo, otrora crítico de la Iglesia Católica, ahora se deshace en loas al pontífice, simplemente porque viaja de vez en cuando en colectivo con los otros curas o porque en vez de dormir en el palacio, lo hace en un lugar no tan suntuoso.

No deja de ser llamativo todo esto y me pregunto si es aplicable 1ra Timoteo 4:1: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”.

La aplicación de tantas profecías bíblicas sobre la llegada de una religión global, aceptada por casi todos los habitantes, en el final de los días y antes de la Venida del Señor, que tantas veces fue enseñada en nuestros seminarios e Iglesias, ahora, cuando bien podrían estar comenzando a cumplirse, es ignorada.

Y esto me lleva a pensar en la exactitud de las palabras proféticas de Cristo para esa misma etapa, que quedaron reflejadas en Marcos 13:22: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos”.

Quizá la llegada de esa onda expansiva, que fue sacando a los creyentes de la “Sola Scriptura”, una de las bases fundamentales de la Reforma, que transformó a muchos de nuestros púlpitos en escenarios de discursos humanísticos, que en muchas ocasiones no soportaban el filtro de la hermenéutica bíblica, nos hayan llevado a bajar la guardia y estar desprevenidos ante esta etapa, que bien podría ser decisiva.

 

Rodolfo Polignano
Pastor en el barrio de Colegiales de la Ciudad de Buenos Aires
Unión de las Asambleas de Dios
Profesor del Instituto Bíblico Río de la Plata durante 30 años
Escritor y maestro se especializa en Homilética
Bajo su ministerio pastoral se levantaron 12 nuevas congregaciones
Sirvió muchos años como presidente de Evangelismo de la Unión de las Asambleas de Dios
 

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Categoria: DOSSIER de ACTUALIDAD, Edición 9 | Teología de la prosperidad, pobreza y Evangelio, entrega 3

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