ORACIONES DE SIERVOS DE DIOS VI. MOISES, mi última petición: la Gloria de Dios

| 13 octubre, 2014

Esta parte de las escrituras la has visto una y otra vez explícitamente; el legado escrito del hombre de Dios replicado en estas fuertes palabras, TE RUEGO QUE ME MUESTRES TU GLORIA, ha sido parte de tu vida cristiana al paso del andar, pero ¿lo has experimentado? ¿Alguna vez has visto el beneficio de Dios? ¿Fuiste envuelto por su mano y escondido en la hendidura en la peña?

Moisés había luchado con Dios en clamor y suplicas reverentes: “Señor, ve con nosotros”; El respondió: “mi ángel irá con ustedes”. Moisés, sabiendo que solo Dios mismo le podía guiar, habla una vez más: “si tu presencia no va con nosotros, no nos saques de este lugar”, y en su petición nuevamente Dios fue propicio.

Pero en este momento cuando él había tenido una ardua lucha, ¿puedes imaginar por un momento el plano? Postrado, cansado, desesperado por el futuro incierto de su pueblo, abogando para cambiar la decisión tomada, no por un hombre sino por el mismo Dios, ¿no te parece familiar esta escena?

Seguramente lo has experimentado de primera mano, en algún momento puntual de tu vida, o quizás lo estés experimentando, pero, sigamos a este hombre de fe, que luego de esta lucha campal entre la autoridad de Dios y el clamor de un siervo, en compañía de un pueblo que se conducía al lugar correcto físicamente, llamado Canaán, pero que su mente y la mayoría del tiempo su corazón estaban en tierras egipcias.

El humilde y manso Moisés, de lo profundo de su ser, levanta unas palabras con el último aliento que quizás quedaba en su voz cansada, sin decir nada más, sin dudarlo ni una sola vez, para que por sus propios miedos o limitaciones quedara con el deseo de ir una paso más allá, el mismo Moisés que hace un tiempo atrás con sus pies descalzos puso un millón de excusas cuando mirando hacia sí mismo no podía comprender la magnitud de la obra de Dios, ahora en un acto casi heroico para su vida, levanta esta súplica de todo su corazón: “muéstrame tu gloria”.

¿Cuándo fue la última vez que buscaste a Dios? ¿Y cuál fue la última petición que hiciste ante su presencia? Uno de los más grandes siervos y amigos de Dios tenía una necesidad ilimitada de conocer aún más a su Señor. Moisés se valió de que conocía a Dios para pedir conocerle más.

Moisés recibió una respuesta inmediata de Dios. Textualmente dice: “Cerca de mí hay un lugar sobre una roca añadió el Señor. Puedes quedarte allí” (NVI). Moisés en obediencia estuvo en aquel lugar sobre la roca esperando la manifestación de la gloria de Dios. ¡Qué tremendo!

Quizá Dios también nos esté hablando a nosotros diciéndonos quédate allí sobre la roca, toda la escritura nos habla de una roca llamada Cristo, espera en la roca, habrá momentos de desesperación, momentos de querer desistir, pero solo este río de gloria puede mantener latente la llama ardiendo al rojo vivo en tu interior.

Los grandes hombres del pasado también iniciaron este camino de la espera, tenían diferentes clases sociales, niveles de educación, eran de diversas partes del mundo pero una sola cosa tenían en común, la insatisfacción que cada día venía a ellos como un torrente de deseos ilimitados por estar con y en Dios. Esto los llevó a encontrar lo que Moisés encontrase tantos miles de años atrás, la revelación del mismo soberano.

A. W. Toozer dijo: “La complacencia es la enemiga mortal de todo crecimiento espiritual, si nosotros no sentimos vivos deseos de sentir a Dios, él no podrá manifestarse a nosotros, Él quiere que lo deseemos con un corazón ardiente”.

Tal vez estás mirando tu vida cotidiana, envuelto en rutinas, programas, te sientas a leer las escrituras y a orar casi como un robot cada vez que tienes un tiempo en medio de agendas tan ocupadas, o solo porque es el patrón y debes seguirlo, pero… por qué no dejar un momento todo de costado, y pedirle a Dios que necesitas conocerlo profundamente, experimentarle, ser guiado por su voz, ser vivificado en tu espíritu por el torrente de amor que fluye del trono de su gracia. Busquemos a Dios.

 

Nataniel Sáez Gutiérrez
Graduado Instituto Bíblico Rio de la Plata
Es evangelista ordenado por la Iglesia “Ministerio Evangelístico de la Mano de Dios”, de Chile.
Presidente del ministerio de evangelismo “Id y Haced”.

 

 

 

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Categoria: BIBLIA, Edición 12 | Iglesia y Política, entrega 7, Teología

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