SER UN BUEN SIERVO DE DIOS

| 15 agosto, 2016

En estos tiempos alarma la propensión creciente, por la cual los siervos de Dios, más que obrar como tales, lo hacen como verdaderos amos y señores. A esta tendencia se le suma la práctica de auto apropiarse, entregar, acumular y ostentar títulos y honores ante los hombres.

Estas conductas, lejos de disminuir, van en aumento, por creo que es bueno y oportuno analizar en la Biblia los verdaderos modelos de siervos leales conforme al corazón de nuestro Señor Jesucristo.

Sabemos que el ser humano por su naturaleza, anhela ser el más importante (Marcos 9:34), el primero (Marcos 9:35); el mayor de todos (Lucas 22:26), el que manda (Lucas 22:26). Este anhelo no es malo, Dios mismo dice: “…te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola” (Deuteronomio 28:13), y más aún nuestro maestro Jesús nos enseña las maneras para llegar a ser el más importante, el primero, el mayor de todos, es cultivando una de las siguientes cuatro maneras de servir a Dios:

 

SIERVO-DIÁCONO

Dice la escritura en Marcos 9:35. “…si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor (diacono) de todos”.

En el Nuevo Testamento, el termino diácono aparece 30 veces y diaconía en 70 ocasiones.

Algunos ejemplos son: el acto de Marta de servir la mesa (Lucas 10:40), la atención de la suegra de Pedro (Marcos 1:31), etc.

Podemos comparar un siervo-diácono a lo que actualmente es mozo o servidor de mesa. Dice Jesús en Lucas 22:25-27: “Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.”

Jesús siendo Rey se hizo siervo-diácono del pueblo y de la humanidad, el último, el que sirve la mesa y da de comer lo mejor a la humanidad. Nosotros debemos imitar a Jesús el siervo-diácono.

Debemos ser pastores, siervos de Dios que en vez de esperar ser servidos, sirven, porque el que no sirve para servir, no sirve para vivir.

 

SIERVO-OIKONOS

Este siervo es el administrador de la casa del Señor.

Dice la Escritura en Mateo 24:45-51: ¿Quién pues es el siervo(oikonos) fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo (oikonos), al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así. De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá. Y si aquel siervo (oikonos) malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir: Y comenzare a herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos; Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y a la hora que no sabe, Y le castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.”

Un siervo-oikonos fiel a su Señor es quien administra bien la casa del Señor cuidando y dando de comer a sus hijos y consiervos de la casa del Señor.

Un siervo-oikonos, es el que sirve a la iglesia, la congregación dando de buena comida espiritual a todos y velando la familia que el Señor dejó a su cuidado sabiendo que un día vendrá a pedir cuenta de todo.

 

SIERVO-DOULOS

El siervo-doulos significa esclavo y el ejemplo esta en Lucas 17:7-10 ¿Y quién de vosotros tiene un siervo (doulos) que ara ó apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate á la mesa? ¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come tú y bebe? ¿Da gracias al siervo (doulos) porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no: Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos (doulos) inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.”

El siervo-doulos es esclavo y su vida está totalmente sujeta al amo.

Nosotros somos siervos-doulos, es decir esclavos. Los doulos no tienen derechos sino ¡solamente deberes para con el señor! Razón por la cual no debemos creernos con derechos ante el Señor Jesús.

Nuestro “yo” debe morir para hacer todo según la exclusiva voluntad de nuestro amo, el Señor Jesucristo. Por esto Pablo dice en Romanos 6:22 “Ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos (doulos) de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna.”

 

 

SIERVO-JUPERETES

Los siervos-juperetes, no eran empleados sino esclavos en grado extremo. Aun dentro de la esclavitud el ser juperetes, era lo peor; eran remeros que estaban encadenados la 24 horas. Tales como muestra la película Ben-Hur protagonizada por el actor Charlston Heston, donde ninguno podía ir al baño y debiendo remar conforme al ritmo del tambor. Los juperetes eran los que hacían que el barco avanzara, pero cuando había guerra morían ahogados encadenados al barco.

El siervo de Dios es el que rema constantemente para que el Reino de Dios, la iglesia, el ministerio, la expansión del Evangelio avance entregándose su vida hasta el fin como lo hizo el Señor Jesús.

Pablo dice en 1ª de Corintios 4:1 “Que todos nos consideren servidores (juperetes) de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios”.

¡¿Cuántos de nosotros decimos que somos siervos y sin embargo parecemos a un capitán dando órdenes pero en tiempo de guerra o tormenta abandonamos el barco?!

¡Seamos verdaderos juperetes!

A modo de reflexión final, podemos decir que hay dos modelos de siervos que hacen las obras de Dios:

Siervos-egocéntricos: son aquellos los que declaran: “yo cumplo con mi ministerio, yo lo hice con mi esfuerzo, por lo tanto es mi merito. Tengo la satisfacción del deber cumplido. Yo soy siervo fiel por mis obras, por lo tanto: merezco la recompensa.”

Siervos-cristocéntricos: quienes dicen: “el Señor me ayuda a cumplir con su ministerio que Él me encomendó. Él que es Emanuel hizo que sea posible, por eso el mérito es del Espíritu que mora en mí. Soy agraciado de haber sido instrumento usado por Él. Yo soy siervo inútil puesto que Él me dio el querer y el hacer e hice solamente lo que era mi deber. Toda la gloria sea a Jesús mi Señor y Salvador”.

Amado consiervo, pastor y líder: ¿deseas de corazón ser un siervo leal al Señor?¿anhelas ser ante los ojos de nuestro Señor Jesucristo el más importante (Marcos 9:34), ser el primero (Marcos 9:35); desea ser el mayor de todos (Lucas 22:26), ser el que manda (Lucas 22:26)?

Entonces escucha Su voz: siervo-diakono (Marcos 9:35), siervo-oikonos (Mateo 24:45-51), siervo-doulos (Lucas 17:7-10) y siervo-juperetes (1ª de Corintios 4:1).

Sirve al rebaño que Él entregó a tu cuidado, con gratitud y humildad.
“Porque cualquiera que se enaltece será humillado ; y el que se humilla será enaltecido”
Lucas 14:11

 

 

Juan Kon

Juan Kon Yung Park
Pastor, ministro carcelario y abogado.

 

 

 

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Categoria: Edición 17 | Lealtades, entrega 7, PASTORAL

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