CRISTIANOS Y DERECHOS HUMANOS, ALGUNAS REFLEXIONES

Los títulos de la presente nota sugieren abordar una mirada entre nuestra fe cristiana evangélica, su relación frente a los derechos humanos y los posicionamientos de las diferentes comunidades y personas en torno a esta cuestión.

En primer lugar, resulta necesario acercar una definición de derechos humanos, a fin de situar al lector en el andarivel que este autor pretender sembrar, en la infinidad de circunstancias a las cuales se denominan a los derechos humanos. Una definición general expresaría que los derechos humanos son aquellos derechos inherentes a todas las personas, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Estos derechos se definen como universales, irrenunciables, interdependiente e indivisibles.

Quiero ubicar al término “derecho” en sentido de la fuerza que dota de un poder al ser humano, a fin de gozar de los beneficios a los cuales ese poder está destinado. En una aproximación más profunda y actual, podemos definir “derecho humanos” como los Derechos de la Gente1. Avanzando en una tercera o cuarta generación de derechos, como los derechos de las personas a gozar de la vida, la justicia, la salud, el estudio y formación, a investigar, a desarrollarse económica y socialmente, a trabajar, a un retiro digno, a la paz, a una infancia digna, a la identidad, a la información, entre muchos otros, todo ello en un contexto y condiciones determinantes.

Entonces, puedo enfocar a los derechos de la gente como aquel poder subjetivo del cual gozan y deben gozar las personas en su universalidad, debiendo ser respetado y garantizados por el Estado.

La primera reflexión entonces es esta, que debemos considerar cuando hablamos de derechos humanos. No hablo de los derechos abstractos, etéreos. Me refiero aquellas condiciones determinantes, mínimas, universales, irrenunciables, inherentes a la persona misma, de las cuales deben gozar en un espacio y tiempo concreto. Al referirse a “condiciones determinantes” aludo a la protección, cuidado y promoción que deben alcanzar estos derechos en primer lugar por parte del Estado, pero también por parte de la sociedad entera. Allí, todas y todos nos convertimos por acción u omisión en promotores y garantes de tales derechos.

En este contexto, somos personas, habitantes, ciudadanos y ciudadanas insertos en una sociedad determinada, en un tiempo y territorio determinado, y nuestra relación con los demás, inexorablemente nos va a determinar asumir una posición frente a este rol del cual todos gozamos. Aunque se pretenda, no podremos escapar de este rol, ya que en nuestra esencia como seres sociables asumiremos, por acción u omisión una conducta concreta.

Nuestra fe nos da pautas claras de ese rol, en la predicación de Juan el Bautista: Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo (2). Es el evangelio de la división multiplicadora. Él tiene dos, da uno, pero el que no tiene recibe todo.

En otro pasaje el libro de San Mateo nos narra una historia peculiar, muy conocida en el ambiente cristiano: la parábola de los obreros de la undécima hora (3). A este pasaje muchas veces lo denominé, el anti meritocrático. Claramente no lo es, ya que todos los obreros trabajaron y ganaron su jornal haciendo su tarea.

Ahora bien, como puede ser que los de la hora diez, recibieran el mismo pago que los de la hora uno, fue la demanda laboral ejercida por los primeros. La respuesta del patrón hacendado en el texto bíblico es clara: ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno? El texto nos ayuda a no caer en la tentación de poner el ojo malo, contra alguien que hace algo bueno.

El rol social que ejercemos como cristianos evangélicos debe estar nutrido estas miradas, de estas reflexiones, cuidando de hacer bien, en medio del mal. La inserción de la iglesia en la promoción y cuidado de esas condiciones determinantes que hacen al diario vivir de las personas debe ser claro y palpable.

La experiencia de la Iglesia en la defensa del medio ambiente es interesante. Hermanas y hermanos de La Rioja participan activamente en la lucha contra la megaminería a cielo abierto, sistema extractivista que devasta el medio ambiente, como así también contra el uso irregular de las curtiembres.

La lucha contra el uso de agro tóxicos en la Rep. Argentina es un tema ha llevado adelante grupos evangélicos pentecostales a fin de reclamar y solicitar medidas de prohibición y cuidado en el uso de la tierra, siendo la Argentina unos de los primeros países en el mundo en el uso de agro químicos sobre plantaciones genéticamente modificadas a tal fin. En palabras de Fabián Tomasi: nada es exitoso, si en su camino perjudica a otros (4).

En resumen, algunas reflexiones sobre condiciones determinantes para la vida humana en paz, libertad y salud, la cuales, fuimos llamados a defender por nuestra fe. Las transformaciones van desde pequeños cambios hasta los movimientos multitudinarias que marcan la historia, como el caso del Pastor Bautista Martin Luther King, protagonista del llamado a dejar la indiferencia. En sus palabras, aceptar pasivamente un sistema injusto es cooperar con este mismo sistema y, por tanto convertirnos en participes de su maldad.

(1) La palabra gente deviene del latín gens en la antigua Roma desde los inicios de la República hasta el Imperio tardío, se relaciona con la tribu, grupo de un mismo clan que se identificaba entre ellos con el nombre de esa gens.
(2) Lucas 3.11.
(3) Mateo 20.
(4) https://www.youtube.com/watch?v=RiJmAAxzAGY

Alexis Román Kalczynski
Abogado, especialidad en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Referente y militante en derechos Humanos y derecho Religioso, consultor de entidades religiosas y comunidades de fe.
Miembro Secretaría de Estado Laico de la A.P.D.H.
Presidente de la Fundación Ciudadanía Plena
Miembro fundador del Movimiento No Matarás.
Miembro del M.E.D.H.

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
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Categoria: Edición 24 | Fortalezas y Debilidades, entrega 3, Reflexiones, SOCIEDAD

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