SEÑOR, TÚ ME SONDEAS Y ME CONOCES

“La multiforme sabiduría de Dios se manifiesta de diferentes maneras producto del amor de Dios en el seguidor de Jesús.”

Un Dios multiforme

El pueblo judío pensó equivocadamente que Dios los había elegido a ellos como su pueblo eternamente y a nadie más. Si la gente no judía quería ser parte de este pueblo elegido debían cumplir con todas sus normas legales, como por ejemplo la circuncisión. Un rito de iniciación identitaria para ser judío y parte del pueblo de Dios, con todos sus derechos, pero era ofensivo para el pueblo no judío que era considerado una mutilación de una parte del cuerpo. La circuncisión era una de las principales trabas para que los no judíos se convirtieran al judaísmo.

En ese pensamiento epocal, tan encerrados en sí mismos, exclusivista, hasta arrogante, aparece una nueva revelación de Dios (allí está la multiforme sabiduría de Dios) dada al apóstol Pablo. Esta revelación era que los no judíos también ahora (tiempo paulino y hasta nuestro hoy) son aceptados por Dios sin estar circuncidados. Lo ofensivo era no tanto que los no judíos fueran admitidos al pueblo judío, sin cumplir todas las estipulaciones legales, pues había no judíos admitidos que cumplían la ley noética, pero eran considerados ciudadanos de segunda clase. Lo ofensivo en esta nueva revelación para los judíos era que los no judíos sin circuncisión tenían los mismos derechos que el judío piadoso y circunciso. En este contexto surge el texto de Efesios 3.10:

«Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales»

¿Por qué Dios eliminó este rito de iniciación? Realmente es difícil deducirlo porque no hay ningún dato sobre ello. Supuestamente, creo en forma personal, que el pueblo judío no cumplía la misión de Dios, de ser ejemplo a las naciones, es decir, este pueblo no cumplió el aspecto central de los mandamientos de Dios, ser misericordiosos. Por el contrario, se habían vuelto muy religiosos, donde lo externo (rituales, normas de pureza e impureza) era más importante que obedecer a Dios. En esas circunstancias, Dios tuvo que romper con ese rito para dar paso a un nuevo pueblo, que sí ansiaba ser parte de este pueblo, pero le impedía esa norma física, la circuncisión. Este traspaso el apóstol Pablo lo señaló cuando se refirió a los no judíos como rama silvestre injertada. Este pueblo sí daría el fruto para Dios en medio de las naciones. Su ética del amor sería ejemplar. Se cumpliría el plan de Dios para con su pueblo elegido, santo, para bendecir a todas las naciones (Dt.4.5-8):

«5-6 Nuestro Dios me ha ordenado enseñarles todos sus mandamientos, para que ustedes los obedezcan en el territorio que van a ocupar. Así, cuando los demás pueblos oigan hablar de ellos, dirán que ustedes son un gran pueblo, sabio y entendido, pues tienen buenas enseñanzas y saben obedecerlas. 7 No hay ningún otro pueblo que tenga tan cerca a su Dios, como lo tenemos nosotros cuando le pedimos ayuda. 8 Ni hay tampoco un pueblo que tenga mandamientos tan justos como los que ustedes han recibido.»

El principio rector de este nuevo pueblo en las nuevas relaciones eclesiales y sociales, era el amor, como Dios ama. El apóstol Pablo señalará, que la fe obra por el amor, y en la carta a los corintios dio una extraordinaria enseñanza de lo que era el amor (1Co. 13).

«4 El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.
El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso.
5 No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
6 No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
7 El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.»

Dios tiene sus tiempos y se manifiesta en sus tiempos en favor de la historia de los seres humanos, rompiendo esquemas religiosos y mentales (ideas) excluyentes. Si este exclusivismo en un tiempo para el pueblo judío fue necesario, era para formar una identidad sólida de su pueblo, no era eterno esa decisión. Al parecer el rito de circuncisión, que no era exclusivo del pueblo judío, era una norma pasajera, que el pueblo judío lo consideró como un dogma. Lo que era importante era el amor, la misericordia, la compasión. Ahora este nuevo pueblo conformado por judíos y no judíos será edificado sobre un nuevo cimiento, Jesucristo. El amor de Dios para con los seres humanos.

A su tiempo vino la apertura inclusiva para toda la humanidad creada por Dios, por medio de Jesucristo, Maestro, Señor, Redentor, Mediador, Unificador, Hijo de Dios, que el pueblo judío no lo entendió en la época paulina y hasta la actual. Siempre la distinción negativa es parte inherente de todo ser humano sin Dios.

Dios es uno, así lo declara el libro del Deuteronomio. Esta unicidad de
Dios lleva a la unidad en un mundo de diversidad. La diversidad no es mala, al contrario deseable. Pues la diversidad hace más rica la historia y el desarrollo de la convivencia de los seres humanos. Pero cuando la diversidad apunta a diferentes direcciones se producen rupturas, desencuentros, luchas de poder.
En esa diversidad deben existir objetivos comunes de primordial necesidad que tomen el lugar de ultimidad existencial. Y eso es Dios como unicidad.
Cuando me refiero a Dios no estoy imaginando a un ser anciano con barba blanca sentado en un trono. NO. Esa es una figura bastante medieval como la del diablo con cachos, tridente y con cola. El Dios del que hablo es un Dios con personalidad propia y pensamientos propios. Es el creador de todo lo que existe y por tal motivo el bien supremo de todo lo creado. Él es la vida porque él dio vida a todo lo que existe, al ser humano en especial. Él es la armonía de todo lo creado, él es el orden de esa armonía. Sin la relación con Él solo existe el caos y las luchas de poder. Mientras sea Dios el que maneje el poder habrá una vida armoniosa entre toda la creación. El poder de Dios no es un poder ejercido

con armas, ni una dictadura ni coacciona para que se le obedezca. No tiene una imagen de un gamonal o terrateniente con el látigo en su mano. Se presenta como el buen pastor que cuida a sus ovejas. Es un poder ejercido con amor y de servicio a favor de su creación para que vivan en armonía y desarrolle el ser humano todo su potencial de hijo e hija de Dios, un potencial que se desarrolla con lo ético, basado en el amor de Dios. Agustín de Hipona dijo esta frase tan conocida: ama y haz lo que quieras. Aquí debo hacer una observación a esta frase, ama, habrá que entenderlo, amar como ama Dios.

El no busca lo suyo, no es un egoísta, porque lo suyo es a favor de los otros. Él no puede ser contaminado ni afectado por esas pasiones del ser humano sin Dios o alejado de Dios. Él es Santo, es incorruptible, he ahí nuestra garantía de un mundo justo. La presencia de Dios se hace carne entre nosotros cuando su palabra (enseñanzas, mandamientos) se hacen carne en nuestra más profunda intimidad. Esto hace que la justicia de Dios, el justo Dios se haga presente.

Ahora la multiforme sabiduría de Dios se manifiesta de diferentes maneras producto del amor de Dios en el seguidor de Jesús. Por ejemplo, con un abrazo alentando al caído, una propuesta de empleo a aquel que está buscando y necesitado para satisfacer sus necesidades básicas de él y su familia. Unas palabras alentadoras que dan vida al que solo ha escuchado reproches, insultos y maltratos. Acompañar al que se siente solo, amar al amargado. Ser solidarios con aquel que ha caído en desgracia. Amar al enemigo. Hacer el bien al que nos hacen el mal y bendecir a los que nos maldicen. Y en la comunidad de los discípulos de Jesús se aman unos a otros en cumplimiento del mandamiento del Señor. Pero esta multiforme sabiduría de Dios no solo se da en el ámbito personal y comunitario, tiene también alcances a niveles gubernamentales. Los gobernantes son llamados a servir y amar a su pueblo como Dios ama, capaz de dar la vida por ellos.

Un Dios indefinible e infinito

Dios como hemos visto no puede ser limitado a un dogma o dogmas.
Eso sería definir a Dios y toda definición limita, esto es, sabríamos todo lo que Dios va a ser, cómo va actuar en determinadas circunstancias, es decir, todo lo que hace o va hacer Dios es predecible. Dios sería tan predecible como hacer una operación aritmética, uno más uno es igual a dos. Pero en la aritmética de Dios, uno más uno no es igual a dos, es igual a infinito. Por otro lado, al definir a Dios se corre el riesgo de ser manejado y manipulado por los seres humanos o grupos humanos. Porque dirán unos, así es Dios; otros, no, así es Dios, etc. La gente caería bajo el poder o dominio de pequeños reinos de intérpretes. Pero eso no quiere decir, que no se pueda conocer a Dios o por lo menos lo que Dios ha revelado de sí mismo a la humanidad. Y esta revelación de Dios se dio por las Sagrada Escritura o Biblia.

Ese Dios revelado es un Dios liberador de toda opresión humana venga de donde venga. Es un Dios que está favor de la plenitud de la vida de su creación. Es un Dios que ama a su creación, en especial al ser humano que le brindó el privilegio de tener su imagen y semejanza. Es un Dios que es capaz de sacrificar a su único hijo para salvar a la humanidad del desastre a que se va encaminando. Es un Dios que desea restaurar al ser humano que está alienado, creándolo nuevamente para que vivan en armonía entre ellos

mismos y con toda la creación sin carencia de nada. Este Dios desea que su creación, el ser humano, llegue a la plenitud de su desarrollo humano para el cual fue creado, es decir, un ser lleno de amor para con todos. Esas son algunas cosas que Él ha revelado a la humanidad. Pero lo más extraordinario es que Dios es indefinible e impredecible porque es infinito. Eso lo demostró al hacer algo impensado para el pueblo judío, aceptar a los no judíos para ser parte de su pueblo sin el dogma y rito de la circuncisión, y como señalé anteriormente con los mismos derechos que un judío circuncidado. Esto de su imprevisibilidad hace que no sea predecible, ni manipulable por grupo humano alguno. El siempre permanece libre. No hay dogma que lo ate y lo limite. Él es Dios, el infinito, el incontable. Y nosotros, su creación y finitos. Lo finito no puede abarcar lo infinito. Lo finito abarca lo finito, ese es su límite y su destino mortal. Pero cuando esto finito se vista de lo infinito, que sucederá en la resurrección de los muertos, entonces entenderemos lo infinito. Y el que no se una con el infinito permanecerá siempre por toda la eternidad finito, limitado ese es su destino mortal.

José Watanabe M.
Pastor
Presidente de la red de teólogos de Perú Magister en Teología Sistemática

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Categoria: Biblia, BIBLIA, Edición 24 | Fortalezas y Debilidades, entrega 3

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