DIOS NO ES SOLAMENTE SOLIDARIO* | Parte 1

| 17 septiembre, 2021 | Responder

Dios más que solidario, es el libertador y transformador 

Hablar de Dios es sumamente complejo, si deseamos hacerlo desde la perspectiva ontológica, una categoría filosófica. Pero hablar de Dios desde la practicidad se hace menos complejo porque se parte desde su acción y no desde su Ser. Aunque Ser y acción son inseparables, Las Sagradas Escrituras es en esencia práctica, descriptiva, narrativa, liberadora y no especulativa, basada en conceptos abstractos característica de la filosofía. Hablar de Dios desde la práctica no es menos, ni inferior que hablar desde la especulación filosóficas, son dos puntos de vista y esta última es más comprensible que ideas abstractas y generales. En este artículo hablaré de Dios desde la practicidad. 
Primero desarrollaré la práctica de la solidaridad, que es muy distinta de la reciprocidad. Para luego explicar la libertad a través de hechos prácticos obrados por Jesús el hijo de Dios. 

Decir que Dios es solidario no es darle una fiel descripción, es reducirlo. Si bien Dios es solidario, también es libertador. Decir que Dios es solidario, se está diciendo que Dios se hace uno con el dolor de otros sufrientes. Una página web define así la solidaridad: 
En sociología, la solidaridad se refiere al sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes, o lo que es lo mismo: ayudar sin recibir nada a cambio aplicando la noción de lo “bueno”. Cuando pensamos en qué significa ser solidario, hay tantas respuestas como personas en el mundo

En primer lugar esta definición hace de la solidaridad un sentimiento basado en intereses comunes. Es cierta esta primera atingencia, porque ser solidario es defender o aunarse en cosas que se tienen en común, así como ayudar al que está necesitado. Pero no solo es un sentimiento, es también acción en conjunto, este sentimiento más acción se conoce en el ámbito cristiano como misericordia. Ahora no hay que tomar esta expresión, misericordia, como algo humillante, No, de ninguna manera, es amor al prójimo en acción, Una segunda atingencia, ayudar sin recibir nada a cambio, esto es lo que hace noble una acción y diferencia con la reciprocidad, que sí busca devolución de una prestación. Esta actitud noble de dar sin recibir nada a cambio, ya Jesús lo había enseñado a sus discípulos como práctica del seguimiento y estilo de vida de él: 
»Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Si lo hacen, el Dios altísimo les dará un gran premio, y serán sus hijos. Dios es bueno hasta con la gente mala y desagradecida. (Lc. 6.35). TLA 

La limitación de la solidaridad es que solo nos lleva a ayudar al que esta necesitado, pero no promueve la libertad y transformación radical de la situación de muerte. 
Un ejemplo de solidaridad que enseña Jesús es la parábola del buen samaritano. Este es un ejemplo extremo (entre enemigos) y a la vez crítico a una religiosidad basada en lo litúrgico cultual, pero insensible ante las necesidades del otro. Aquí un enemigo 2 

como lo era el samaritano frente al judío necesitado, medio muerto, tirado en el camino causado por unos ladrones, fue solidario con él. Solidario porque no buscó una retribución, sino fue un acto del desprendimiento motivado por la misericordia. Esta virtud, la misericordia, es clave para comprender la solidaridad pura y no una solidaridad fingida que busca reconocimiento social. 

Otro ejemplo de solidaridad, es cuando Jesús encontrándose con un hombre rico, le dice, vende todo y dáselo a los pobres. Mc.10.21: 
Jesús lo miró con amor y añadió: 
—Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. 
Otro ejemplo de solidaridad, esta vez hecho por Jesús, fue cuando una multitud de personas le escucharon en un campo, y ya muy tarde para regresar a sus casas, Jesús hizo el milagro de la multiplicación de los panes y peces (Mc 6. 34-44). En esta historia hay dos actos solidarios, una hecha por una familia que dio a Jesús cinco panes y dos peces para ser repartidos para todos, y el milagro de Jesús. El primer acto solidario, es extraordinario porque dos peces y cinco panes no alcanzan para todos, pero su actitud de compartir lo poco en relación a la cantidad de personas es notable y aun milagroso. Y el milagro hecho por Jesús es un acto de solidaridad porque no hace uso de su poder para satisfacerse así mismo, sino su uso está al servicio de todo ese pueblo desamparado y necesitado. 
Hasta aquí son algunos notables ejemplos de solidaridad enseñados y practicados por Jesús, Pero la solidaridad es solo un paliativo, y no una transformación radical. Pero como dije, Jesús no es solo solidario, sino libertador y transformador. Libertador, porque emancipa a los seres humanos de la situación de humillación e indignidad humana. Y transformador, porque crea una humanidad nueva con un estilo de vida basada en el respeto, dignidad y amor fraternal. Veamos esta liberación. 

A través de los evangelios encontramos a Jesús actuando y liberando a muchas personas que vivían en una situación deshumanizada y esclavizada a su enfermedad, sin esperanzas a una vida digna. Por ejemplo, el mendigo ciego llamado Bartimeo (Mr. 10:46-52), Este hombre desdichado ciego, no sabemos si de nacimiento, pero su misma situación de ceguera lo llevaba a mendigar, a pedir que le den unas moneditas para poder subsistir. ¿Qué hizo Jesús? ¿Le dio una monedita? Es decir, ¿le dio solo un paliativo del momento? Si Jesús le hubiera dado una moneda la situación del mendigo permanecería igual. Pero, NO, Jesús cambió totalmente su situación de dependencia a otro ser humano para subsistir. Le dio muévanle la vista, volvió a vivir, le cambió totalmente su condición de mendigo. Le aseguro que al día siguiente ya no verían a Bartimeo mendigando. 

Otra narración muy similar la encontramos en el libro de Hechos de los Apóstoles. En el capítulo 3, encontramos a los apóstoles Pedro y Juan dirigiéndose como todo judío a la oración de las tres de la tarde al templo, allí vieron a un cojo anónimo, dice la narración, que le ponían en la puerta de la hermosa todos los días para pedir limosnas. Narra que el lisiado al ver a Pedro y Juan levanto las manos rogándole que le dieran limosna. La pregunta es la misma ¿Qué hicieron ellos? ¿Le dieron una monedita? Como dije anteriormente el darle limosna no habría cambiado radicalmente su vida, pues al día siguiente seguiría allí pidiendo limosna. Pero para Jesús como para los apóstoles la mendicidad no era parte del medio urbano, la presencia de ellos era una situación de decadencia de la humanidad. 3 

Pero me dirá usted que Jesús aceptó la situación del mendigo, cuando enseñó en el sermón del monte de dar limosna sin buscar por ello prestigio o honor. Parece que sí, a simple lectura, pero el tema aquí no es la mendicidad, sino como la persona dan las limosnas para acrecentar ante el público su honor. Pero sobre todo, se debe entender que el ministerio primordial de Jesús era el anuncio de la inminente venida del reino de Dios (Mc. 1.15). Por lo tanto, estas sanidades, eran signos del inicio de este reino. Muy pronto se vería esto a nivel mundial y cósmico. Es decir la restauración universal del ser humano y de toda la creación (Ro. 8.21). El reino de Dios es la aniquilación del mal en la tierra. 
El apóstol Pablo ve esa liberación desde la raíz. Una raíz que es parte integrante del ser humano, el pecado. Esta fuerza interna hace que el ser humano sea injusto (no cumplidor de la voluntad de Dios, que en el apóstol Pablo es la Ley (moral), que es buena, agradable y perfecta). 

Volviendo a Jesús, esta imagen de mendigar es la parte más humillante del ser humano, no es que el mendigo sea desechado por la sociedad, sino que el estado de mendigo es una situación creada por la sociedad. Es la sociedad que lleva las personas a ese estado de humillación, y esto es para Dios una situación indignante. 
Dios quiere liberar a esa persona de la situación de humillación social y de esclavitud permanente a esa enfermedad. Muy posible que la sociedad vea a los mendigos como algo natural en el paisaje urbanístico, pues se ha naturalizado. Ser mendigo es la peor situación que puede caer el ser humano, es una degradación suprema de la dignidad como ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios. Por lo tanto, representa a todo ser humano que se rebaja ante otro ser humano a pedir ayuda, es decir, mendigando migajas, como la parábola de Lázaro y el rico (Lc. 16. 19-31), levantar la mano en dependencia de la voluntad del otro para sobrevivir. Esta situación de mendigo, ha provocado que personas con poder económico se aprovechen de esta situación para abusar de ellos, explotarlos, maltratarlos, ser dueños de su vida. ¡Qué desgracia para el mendigo! Caer en manos y dependencia de otro ser humano. Por ello, Jesús dice imperiosamente que se busque en primer lugar el reinado de Dios, la dependencia de Dios. Porque Dios no es a la imagen y semejanza de los seres humanos. Como diría Jenofantes de Colofón, Dios es todo lo contrario al ser humano. Ya en el siglo pasado Karl Barth decía sobre Dios que es el totalmente otro. 

Concluyendo 

Ser mendigo es un estado de dependencia eterna y esclavizante de la voluntad a otro ser humano, llevando a una vida de humillación (siempre agachando la cabeza a la fuerza) porque se depende del otro más pudiente y se le ve como un salvador, forzado por las necesidades, llevando en absoluta obediencia a sus normas y tratos, Esta vida de humillación, porque siempre verá el mendigo, al otro, de abajo hacia arriba, y con las manos extendidas y suplicante, como si fuera un dios. Esta actitud y entrega de la vida al otro deshumaniza al ser humano. Dios prohíbe que se postren ante otro ser humano, solo ante Dios que es justo y liberador de todo mal que destruye la dignidad humana. Por ello, como pueblo de Dios debemos oponernos contra todo poder que lleva a los seres humanos a arrodillarnos y llevar a la humanidad al estado de mendigo.

¡SOLO DIOS PUEDE LLEVARNOS A TODOS Y TODAS A LA DIGNIDAD DE SER HIJOS DE DIOS!  

*Extracto de una nota más extensa de este autor acerca del bicentenario de la libertad peruana de los conquistadores españoles (Texto usado con permiso). 

José Watanabe
Pastor 
Presidente de la red de teólogos de Perú
Magister en Teología Sistemática

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Categoria: Biblia, BIBLIA, Edición 24 | Fortalezas y Debilidades, entrega 10

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