UNIDAD Y DIVERSIDAD EN TENSIÓN CREATIVA | Parte 1
Tuvimos el placer de disfrutar un tiempo de reflexión con el Obispo de la Iglesia Metodista Argentina (IEMA), Pastor Frank De Nully Brown. Compartimos aquí los conceptos y la visión de un hombre de Dios comprometido con su pueblo, quien respeta los principios y fundamentos del metodismo, para desde allí proyectarse con claridad hacia todo el Cuerpo de Cristo y en una segunda milla, en búsqueda de la paz y el entendimiento llegar al diálogo interreligioso.
Aquí la primera parte de la entrevista para que puedas leerla o verla en video.
CORDIALMENTE: ¿Cuál es tu función en la Iglesia Metodista Argentina?
Actualmente cumplo la función episcopal, por lo tanto soy obispo por un período de cuatro años más en la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA). Fui reelecto en la última asamblea que tuvimos en el mes de agosto, así que cumpliré esta función por cuatro años más.
En la tradición evangélica el cargo de Obispo no se entiende como un cargo jerárquico sino como una función al servicio del cuerpo y, por lo tanto, tampoco es vitalicio sino que es por un período de cuatro años; es un pastor que la iglesia elige por cuatro años y luego se puede renovar por otros cuatro años, que es la situación en la que yo me encuentro ahora, en mi segundo período. Luego otro pastor o pastora será quien cumplirá esa función de acompañar pastoralmente a todo el cuerpo de la Iglesia Evangélica Metodista en Argentina.
CORDIALMENTE: ¿Solamente un período pueden ser reelectos?
Si, cada período es de cuatro años; por lo tanto, un obispo puede durar un tiempo de ocho años como máximo. Si no está en edad de jubilarse, que es mi caso por ejemplo, cuando termina el segundo período, lo que correspondería es volver a la tarea pastoral, lo que nosotros decimos al llano.
Creo que esto es importante porque forma parte de la concepción protestante: el obispo no es un cargo jerárquico sino es un servicio, una función que el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo, en un momento dado le pide a una persona cumplir, como en este caso me lo solicitan a mí.
CORDIALMENTE: ¿Cómo ves la situación, como Obispo y como Pastor, porque la conocés de ambos lados, de la Iglesia Metodista en este momento?
La Iglesia Metodista, en este momento, se encuentra en una etapa de varias transformaciones y decisiones institucionales que está tomando.
En primer lugar, estamos en un proceso de reorganización de la Iglesia en Distritos. El distrito significa que cada Iglesia tiene que trabajar con las tres o cuatro iglesias más cercanas que tiene: eso constituye un Distrito.
Antes estabamos organizados en cuatro regiones en todo el país, ahora lo hemos dividido en dieciocho regiones.
Tenemos, más o menos, 108 congregaciones o lugares de testimonio, sin contar escuelas terciarias y universitarias, estoy hablando de congregaciones. Esas están divididas en aproximadamente dieciocho distritos, cada distrito está presidido por un Pastor que es Superintendente.
Esta nueva modalidad tiene la función de fortalecer, en esta etapa, todo lo que es el desarrollo y crecimiento de las congregaciones como una cuestión importante que se ha puesto para este próximo bienio en el trabajo de la IEMA. Desarrollar la tarea de nuestras congregaciones.
Nuestras congregaciones tienen que ser espacios amorosos, contenedores, inclusivos y proclamadores del Mensaje de Salvación. La congregación es aquel espacio que contiene, también, a los nuevos y nuevas discípulas de Jesús. También, las congregaciones, no tienen que encerrarse en sí mismas sino que tienen que poder mirar la Parroquia, como nosotros decimos, el mundo más cercano donde se encuentra inserta, para dar testimonio del amor y la misericordia de Dios. No se trata solamente de fortalecer la congregación local en el sentido de que sea cada vez más grande; obviamente, es bueno que sea cada vez más grande, pero para servir cada vez mejor, no para servirse a sí misma, sino la congregación tiene que saber mirar, como un ejercicio práctico, qué ocurre alrededor de donde está inserta.
Una congregación que está ubicada en Trelew, o en Jujuy, en Ushuaia, o Buenos Aires tiene un contexto donde dar testimonio del amor y la misericordia, y tiene que mirar esa gran parroquia donde también se tiene que proclamar el mensaje del Reino de Dios, en la búsqueda de un mundo más fraterno y más justo. Debe sumarse con otras organizaciones que también buscan ese propósito. Más allá de nuestro propósito específico de predicar el mensaje de salvación tenemos, también, junto con otros grupos cristianos y no cristianos, buscar un mundo diferente para todos, porque en este mundo debemos convivir todos, cristianos y no cristianos. Eso pasa desde lo local, desde lo más pequeño con los vecinos, cómo nos relacionamos, inclusive con aquellos que no participan de nuestra fe o de nuestra iglesia y, hasta diríamos lo más global, cómo nos relacionamos con otras tradiciones religiosas con las cuales, a lo mejor, no coincidimos en nuestros puntos de vista o en nuestras convicciones, pero si hay algo que nos preocupa a todos que es vivir en paz, eso es para todos los ciudadanos que viven en esta tierra.
CORDIALMENTE: Antes de irnos a lo global, ¿cómo ves desde la Iglesia Metodista la relación con las otras Iglesias?, el tema de este número: IGLESIA | Unida y Diversa.
En la Iglesia Metodista tenemos una expresión que utilizamos mucho: nosotros nos definimos como una Iglesia conexional y nuestro sistema de organización es conexional.
Este sistema administrativo, para denominarlo de alguna manera, por un lado, tiene un fundamento misiológico y teológico. El sistema conexional supone que cada congregación no empieza y termina en si misma. La Iglesia de Jesucristo no es solamente el lugar donde yo voy, donde empieza y termina muchas veces mi comunidad. Nosotros sentimos que formamos parte de una conexión más grande, podríamos decir, la Iglesia Metodista en el país. Y nos debemos y tenemos que trabajar en conjunto, a su vez, de una conexión podríamos decir mundial de lo que es la Iglesia Metodista. Pero a su vez también en conexión con el resto de las tradiciones evangélicas y también diríamos en conexión con todo el cuerpo de Cristo.
Nosotros somos una parte del cuerpo de Cristo; nos identificamos como el pueblo metodista, si queremos, o Iglesia Metodista pero no somos la única Iglesia, somos una parte de esa gran unidad que es el cuerpo de Cristo. Creo que esto es central y nos ha ayudado mucho a nosotros a entender lo que es el sentido de conexionalidad. Por lo tanto, como cristianos, tenemos que trabajar con las demás congregaciones que tengamos cerca, metodistas o no, y hacer todo lo que podamos con los demás para mejorar la calidad de la vida de las personas y para proclamar el Reino de Dios y, en todo lo que depende de nosotros, hacer el bien con nosotros y con otros también. Por eso es el sentido también de lo ecuménico, palabra que se ha distorsionado o ha dado lugar a distintas interpretaciones.
El concepto de lo ecuménico viene de oikos: “todos aquellos que habitan la casa, aprender a convivir con todos lo que habitan la casa”.
Muchas veces, al hablar de ecumenismo, se entiende que muchas Iglesias Evangélicas tienen la intención de unirse a la Iglesia Católica o someterse a ésta. Creo que ese es un concepto distorsionado. El diálogo con la Iglesia Católica, como con todas las otras Iglesias Evangélicas, debe ser tomando bajo el principio básico que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador y nos sometemos a su Señorío y a su Reino y desde esa perspectiva entramos en diálogo con todos los demás cristianos.
El ser cristiano significa, también, ser en relación con los demás. El cristianismo no es algo que se vive aislado y solo, por eso insistimos que el discípulo tiene que tener una comunidad y la comunidad tampoco sola, sino en conexión con otras y tenemos siempre que estar buscando esa conexión con los demás cristianos; y cuando hablamos de ecumenismo, o cuando usamos esta expresión, estamos hablando del diálogo con los demás cristianos ya sean católicos, ortodoxos, tradiciones protestantes más históricas o evangélicos independientes, o de las distintas tradiciones.
Cuando usamos la expresión “diálogo interreligioso” estamos hablando del diálogo con otras tradiciones no cristianas, o sea que cuando usamos la palabra ecumenismo es, en este sentido, el diálogo entre cristianos y yo creo que lo que nos une es Jesucristo. Estamos unidos a través de Jesucristo y a la diversidad creo que no debemos verla como una amenaza sino como algo que nos enriquece. La diversidad siempre enriquece al pueblo de Dios.
La unidad y la diversidad están en tensión, pero en una tensión creativa. Unidad no es uniformidad, me parece que a veces se quiere entender por unidad: seamos todos uniformes, desde la cuestión física de como vestimos y hasta lo que pensamos; no, la diversidad, justamente, el entrar en diálogo con el diferente, enriquece también mi visión y mi postura. Siempre el dialogar con otro que piensa distinto en el fondo enriquece y afirma mis convicciones de fe. Creo que el temor de dialogar o de entrar en diálogo con otro, el querer encerrarnos, en el fondo, también es un problema de una profunda inseguridad en lo que nosotros mismos creemos y en lo que son nuestras convicciones.
Nuestras convicciones de fe o de cualquier otro aspecto en la vida, entrando en el diálogo con otro, se enriquecen se nutren y nos permiten descubrir que no estamos tan lejos a veces y que podemos hacer muchas cosas en común.
Creo que la diversidad es algo que Dios puso en medio nuestro. No nos hizo a todos iguales: el sentido del cuerpo, no todos podemos ser manos, no todos podemos ser ojos, todos boca o todos pies. El cuerpo es una diversidad en sí misma, que se conjuga para ser un cuerpo, y donde todos los aspectos son miradas y, seguramente, el ojo derecho puede ver cosas que no ve el izquierdo por cómo está ubicado y puede poner mirada distinta. Creo en miradas distintas sobre una realidad, esto siempre enriquece. El problema nace cuando nos apropiamos de la verdad, de esa verdad que en realidad es Cristo Jesús, que es una verdad que nosotros tenemos que descubrir, que se va revelando, se va descubriendo pero que yo no tengo toda la verdad.
Observando esta taza, seguramente quienes están de este lado ven ciertas cosas, por ejemplo una rajadura, que los que están de aquel lado no la ven, pero yo que estoy de este lado digo “esta es una taza que tiene una rajadura”, “la manija produce determinada forma desde este lado diferente a cómo se la ve desde el lado contrario”… Nadie ve la totalidad, gracias a Dios. Las distintas miradas es que nos permite ver toda la taza… alguien puede mirarla de arriba y dice “hay algo de té adentro, está medio llena”, y otro dice “no, yo desde acá no veo nada, no sé si esta taza tiene té o si está vacía”. Esas distintas miradas que se producen tienen que ver por el lugar donde estamos posicionados. La posición tiene que ver con nuestra cultura, con la experiencia de vida que tenemos. Se enriquecen entonces dos personas cuando se encuentran y comparten diferentes posturas de vida. Enriquecen el camino de la verdad y la búsqueda de la verdad.
La verdad absoluta está en Dios pero es una verdad que tenemos que descubrir, una verdad que, en parte, los cristianos entendemos que se revela a través de Jesucristo que nos inspira, nos sirve de guía, reconocemos como nuestro Señor justamente porque indica un camino, Su voluntad para cada día tenemos que descubrirla.
Siempre es bueno hacernos la pregunta ¿qué haría JESÚS en este lugar, en este momento y en la situación en que yo estoy ahora? Es algo que tengo que ponerlo en oración, debo utilizar mi inteligencia para la fe, para descubrir que haría Jesús, a partir de lo que he conocido en la lectura de los evangelios.
(Continuará la parte 2 en la próxima entrega, el lunes 27 de octubre).
Frank De Nully Brown
Obispo de la Iglesia Metodista Argentina
Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.
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Categoria: Biblia, BIBLIA, Edición 6 | Iglesia unida y diversa, entrega 8