ABRIENDO MARES
por un Misionero a país con prohibición de predicar el evangelio.
“Pero el SEÑOR le dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! Y tú, levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco.” Éxodo 14.15-16
Moisés acababa de decirles a los israelitas “Quédense quietos y vean el milagro ocurrir”.
Unos hombres asesinaron a sangre fría a varios empleados de la revista Charlie Hebdo en Francia, miles de cristianos nigerianos mueren en manos de los grupos terroristas musulmanes, los coches bombas son habituales en las calles de Medio Oriente, es vedado el ingreso a miles de misioneros a los países musulmanes y nuestras palabras siguen siendo: “Quedémonos quietos y veamos ocurrir el milagro”.
La Fe pasiva sirve en una cárcel, en un hospital o en una situación donde lo único que tenemos es la oración, pero hoy en día Dios demanda a la Iglesia tener una Fe activa, aquella que se pone en marcha y abre los mares porque confía en Él. Esa Iglesia que sigue enviando misioneros a pesar de las crisis económicas, que emprende negocios que abren las puertas de los países más cerrados (como en el “Siglo de las Misiones”), que golpea las puertas de las embajadas pidiendo justicia por los mártires aunque no sean de “nuestro” país, una Iglesia que no se queda quieta.
El pasaje termina diciendo: “Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, para que los persigan. ¡Voy a cubrirme de gloria a costa del Faraón y de su ejército, y de sus carros y jinetes! Y cuando me haya cubierto de gloria a costa de ellos, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.
O sea, las circunstancias no se tornaran mejores debido a nuestro accionar, todo lo contrario, para que la gloria no sea nuestra, sino del que pelea por nosotros.
Queda poco tiempo para que volvamos a tierras africanas (saldremos en pocos días), hubo gente que nos ha preguntado: “en un contexto así ¿van a volver a África?”; como si Dios hubiese cambiado junto con el escenario mundial y si Él no cambió, nuestra decisión tampoco.
Nel
Ha sido Misionero en África y ahora regresa a uno de los países cerrados al evangelio, junto a su familia.
Nota de la redacción: Por razones obvias no publicamos el nombre del autor ni el país de destino, pero desde la Codirección damos fe de conocerle personalmente y poder certificar su actividad en aquella zona.
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Categoria: Edición 13 | Eclesiología, entrega 10, MINISTERIOS, Misiones