PARA EL SEÑOR QUE AMAMOS | PARTE V

| 23 febrero, 2015

El compromiso de Ciudad del Cabo. Movimiento Lausana.

Continuamos con la entrega del material publicado por el Movimiento de Lausana.

  1. AMAMOS A DIOS EL ESPÍRITU SANTO

Amamos al Espíritu Santo dentro de la unidad de la Trinidad, junto con Dios el Padre y Dios el Hijo. Él es el Espíritu misionero enviado por el Padre misionero y el Hijo misionero, que imparte vida y poder a la Iglesia misionera de Dios. Amamos al Espíritu Santo y oramos por su presencia porque, sin el testimonio que el Espíritu da de Cristo, nuestro propio testimonio es vano. Sin la obra de convicción del Espíritu, nuestra predicación es vana. Sin los dones, la guía y el poder del Espíritu, nuestra misión es mero esfuerzo humano. Y, sin el fruto del

Espíritu, nuestras vidas poco atractivas no pueden reflejar la belleza del evangelio.

a. En el Antiguo Testamento, vemos al Espíritu de Dios activo en la creación, en obras de liberación y justicia, y llenando y dotando de poder a personas para toda clase de servicio. Profetas llenos del Espíritu esperaban la llegada del Rey y Siervo, cuya Persona y obra estarían dotadas del Espíritu de Dios. Los profetas también miraban hacia la era venidera que estaría marcada por el derramamiento del Espíritu de Dios, trayendo nueva vida, una renovada obediencia y el otorgamiento de dones proféticos a todo el pueblo de Dios, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres.17

b. En Pentecostés, Dios derramó su Espíritu Santo según lo prometieron los profetas y Jesús. El Espíritu santificador produce su fruto en las vidas de los creyentes, y el primer fruto es siempre el amor. El Espíritu llena la Iglesia de sus dones, que “procuramos” [“deseamos ardientemente”, La Biblia de las Américas] como el equipamiento indispensable para el servicio cristiano. El Espíritu nos da poder para la misión y para la gran variedad de obras de servicio. El Espíritu nos permite proclamar y demostrar el evangelio, discernir la verdad, orar eficazmente y prevalecer sobre las fuerzas de oscuridad. El Espíritu inspira y acompaña nuestra adoración. El Espíritu fortalece y consuela a los discípulos que son perseguidos o están sufriendo pruebas por su testimonio de Cristo.18

c. Por lo tanto, nuestra participación en la misión no tiene sentido y es infructuosa sin la presencia, la guía y el poder del Espíritu Santo. Esto se aplica a la misión en todas sus dimensiones: la evangelización, el dar testimonio de la verdad, el discipulado, la pacificación, la participación social, la transformación ética, el cuidado de la creación, la victoria sobre los poderes del mal, la expulsión de espíritus demoníacos, la sanación de los enfermos, el sufrimiento y la perseverancia bajo la persecución. Todo lo que hacemos en el nombre de Cristo debe ser guiado por el Espíritu Santo, y con su poder. El Nuevo Testamento lo deja en claro en la vida de la Iglesia primitiva y la enseñanza de los apóstoles. Hoy, se demuestra en la fecundidad y el crecimiento de las iglesias donde los seguidores de Jesús actúan confiadamente en el poder del Espíritu Santo, con dependencia y expectativa.

No existe ningún evangelio verdadero o completo, y ninguna misión bíblica auténtica, sin la Persona, la obra y el poder del Espíritu Santo. Oramos por un mayor despertar a esta verdad bíblica, y para que su experiencia sea realidad en todas las partes del cuerpo de Cristo en todo el mundo. Sin embargo, somos conscientes de los muchos abusos que ocurren bajo el nombre del Espíritu Santo, de las muchas formas en que se practican y promueven toda clase de fenómenos que no son los dones del Espíritu Santo según la clara enseñanza del Nuevo

Testamento. Hay gran necesidad de un discernimiento más profundo, de claras advertencias contra el engaño, de desenmascarar a manipuladores fraudulentos e interesados que abusan del poder espiritual para su propio enriquecimiento impío. Por sobre todo, hay gran necesidad de una enseñanza y una predicación que sean bíblicas y constantes, impregnadas de oración humilde, que equipen a los creyentes en general para que entiendan y se regocijen en el evangelio verdadero, y reconozcan y rechacen los evangelios falsos.

17 Génesis 1:1-2; Salmos 104:27-30; Job 33:4; Éxodo 35:30–36:1; Jueces 3:10; 6:34; 13:25; Números 11:16-17, 29; Isaías 63:11-14; 2 Pedro 1:20-
21; Miqueas 3:8; Nehemías 9:20,30; Zacarías 7:7-12; Isaías 11:1-5; 42:1-7; 61:1-3; 32:15-18; Ezequiel 36:25-27; 37:1-14; Joel 2:28-32
18 Hechos 2; Gálatas 5:22-23; 1 Pedro 1:2; Efesios 4:3-6; 11-12; Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12:4-11; 1 Corintios 14:1; Juan 20:21-22; 14:16-17,
25-26; 16:12-15; Romanos 8:26-27; Efesios 6:10-18; Juan 4:23-24; 1 Corintios 12:3; 14:13-17; Mateo 10:17-20; Lucas 21:15

lausana cape town

MOVIMIENTO LAUSANA
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo
1era de Corintios 5.19
www.lausanne.org/es/

 

 

 

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.

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Categoria: Edición 13 | Eclesiología, entrega 15, Evangelismo

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