DE ESTO NO SE HABLA

| 28 diciembre, 2021 | 1 Reply

Reflexiones en torno a la depresión y al suicidio.

El suicidio NO es un simple acto de la voluntad de la persona que elige cobarde y egoístamente escapar de una situación problemática quitándose la vida, o buscar llamar la atención. No, no siempre es así, si es q alguna vez realmente lo es.

Eso es lo que se creía con frecuencia cuando yo era chico, y en algunos casos también hoy. Por eso el suicidio era ocultado, silenciado en la familia, porque se sentía como una vergüenza, al igual que la depresión, que la locura… de eso no se hablaba. Ante el temor emerge el niño interior y sus formas de resolver: Si no lo veo no existe.

Lejos de ayudar a quien lo padecía se lo sepultaba bajo el prejuicio y el silencio, se lo escondía; sucede que tememos a lo que no conocemos, y a menudo atacamos defensivamente sin razón.

Detrás del suicidio siempre hay una profunda depresión, o bien una psicopatología que deja a la persona en un estado de completa desesperación e incapacitada para pensar con claridad. Las herramientas que servían de defensa, de sostén, esa estructura que protegía al ser interior, a la mente, colapsan, desaparecen.

Una persona con pensamientos suicidas es un alma rota, y necesita compasión, comprensión, amor, y tratamiento urgente.

Nadie quiere realmente morir. A veces es un desesperado pedido de ayuda, otras veces sólo un intento por terminar el terrible dolor que se siente; pero si las cosas andan bien nadie quiere morir.

No es natural y No es racional. No se piensa con claridad cuando alguien está en ese estado, las cuentas dejan de ser lógicas. Cuando uno está deprimido no funciona bien ni química, ni emocionalmente. Los proyectos se cancelan, el futuro desaparece y el presente se vuelve tan oscuro que ni en el espejo uno se encuentra.

Una persona que pierde el proyecto, ya está muriendo.

La depresión y el suicidio son reales, no es un chamuyo, no es un capricho de la persona, no es manipulación. Y Mientras continúa siendo un tema tabú, mientras se siga esquivando el asunto en las familias, en las instituciones, mientras se siga silenciando el dolor extremo de las personas porque no queremos que nos duela a nosotros, 800.000 personas mueren al año por suicidio (OMS). Por lo menos una persona cada 40 segundos. Y de cada uno que muere por suicidio, hay 20 que lo intentan, es decir que más o menos cada 2 o 3 segundos alguien lo intenta y de esos 20, 1 lo logra.

Entender el problema, ser empáticos y arremangarnos para ayudar al otro es lo que va a salvar a muchas personas de este terrible mal.

Vivimos en la época de la depresión, del estrés, del individualismo salvaje, del sálvese quien pueda y quien no pueda que perezca. El mundo está dañado.

La mejor prevención es la consciencia.

Como dije; nadie quiere realmente morir. Si aparecen los pensamientos suicidas es porque hay una insoportable desesperación que necesita ser tratada sin demoras: Los diques se están rompiendo, no hay tiempo que perder.

¿Cuál sería la mejor manera de ayudar?

En principio, a una persona con depresión y con pensamientos sobre hacerse daño, no juzgarla, no enojarse, no evadir el problema, tapándolo o silenciándolo: Imaginemos que si a nosotros nos angustia, cuánta angustia debe estar atravesando la persona. Ponerse al lado de la persona. A veces ni las palabras hacen falta, la sola presencia ayuda, el abrazo simple y sincero sana, alivia, rescata. Aprender a escuchar, a ser completamente desinteresados.

Entendamos la depresión no es una simple tristeza. Una persona deprimida tiene un dolor tan grande, una presión interna tan fuerte, que colapsa, se quiebra, se pierde dentro de su propia oscuridad. Y jamás podemos nosotros medir el peso que el otro está sintiendo con nuestros parámetros, con nuestra lógica, porque estamos hechos de historia y todas las historias son distintas aunque se hayan vivido bajo el mismo techo. La experiencia es intransferible y cada dolor merece ser escuchado como tal.

La persona con depresión se siente tan ahogada y apesadumbrada que el dolor emocional se vuelve dolor físico. Duele la garganta por la angustia que aprieta, duele el estómago por el vacío en el corazón, la cabeza a veces parece que va a explotar, los huesos de todo el cuerpo duelen. Hasta la piel duele y se siente extraña, como si uno estuviera atrapado dentro de su propio cuerpo. Ya ni palabras salen, ni siquiera llanto, todo se agotó. Ante tal sufrimiento extremo a menudo la persona solo desea que se detenga todo, que ya termine de una vez. El dolor es insoportable a veces y todos tenemos un punto de quiebre.

Es a través del verdadero amor que trae comprensión, que trae compasión, solidaridad, lo que salva al otro en esta situación.

Le puede pasar a cualquiera. Nunca sabes cómo vas a reaccionar realmente ante una situación de extremo dolor, pero se puede prevenir hablando del tema, aprendiendo cómo funcionamos los seres humanos ante el dolor y cómo funciona cada uno en particular, aprender a manejar el sufrimiento, la frustración, la desilusión, y qué se puede hacer antes, durante y después para ayudarnos y ayudar.

La ayuda profesional junto con la contención familiar es importantísima, clave.

Y si sufriste una pérdida por suicidio, jamás sientas vergüenza, no permitas que el dolor te ahogue. Vos también necesitas ayuda, se puede seguir, se puede salir, y la mejor manera de honrar a los que se nos adelantaron es tratar de vivir la vida lo mejor posible, disfrutarla a full. No postergues el pedido de ayuda un minuto más. Pedí ayuda mientras podés.

El 10 de Octubre fue el Día Mundial de la SALUD MENTAL. Un poco una excusa para hablar del tema, para recordar y hacer prevención, así que está muy bien recordar con ese fin.

Hay momentos en la vida que uno se siente en una tormenta eterna, que pasan todas las cosas malas juntas, una detrás de la otra. Y es verdad, hay situaciones que duran años, que nos pasan y no quisiéramos haber vivido jamás. Y que no pudimos ni podemos evitar. Lo que sí podemos hacer es luchar para sobrevivir, encontrar sentido a través del sinsentido. Abrir un hueco en la desesperanza para volver a ver el día.

Aunque la noche no parezca tener fin, un día el sol vuelve a salir.

No sé lo que estás viviendo, no puedo comparar tu dolor con el mío, pero sé que si nos ayudamos tenemos más probabilidad de salir adelante. Solo porque algunos me ayudaron salí adelante y hoy estoy acá.

Pedí ayuda.

Como cristianos…

Creo que lo primero que nos debiera pasar como cristianos ante esta clase de situaciones es sentir un profundo dolor empático por esas almas rotas y atormentadas. Tanto la persona que tiene pensamientos suicidas, o que ha muerto por suicidio y su familia, como aquellos que también padecen por depresión o algún otro trastorno mental como pueden ser ataques de pánico, trastornos de ansiedad, trastornos alimenticios, etc., necesitan compasión. Deberíamos sentir un profundo amor por ellos.

Lo que menos tenemos que hacer es prejuzgar y/o juzgar, o escondernos y evadir.

De las dos formas lo que estamos haciendo es ponernos en primer lugar, es decir, reaccionar en función a lo que nos provoca el tema a nosotros, y no en función a la necesidad del que padece. Ahí es donde también podemos medir qué nos pasa con esto y dónde estamos parados.

Creo también que hay que desmitificar y desdramatizar esta clase de temas.

Padecer depresión e incluso tener pensamientos suicidas no es pecado. Muchos pastores se tragan estas cosas por temor al prejuicio, al rechazo, a la condena del “Pueblo de Dios”.

Tampoco significa que el cristiano que esté atravesando alguno de estos males esta en falta con Dios o con la fe, la santidad, o cualquier otro requerimiento de religioso.

Nadie se sienta ofendido, pero creo que a eso se refería Jesús cuando se enojaba con los “religiosos” de su época que mataban con la letra y pisoteaban lo que Dios más ama, que es el alma de las personas, y mucho más cuando están en necesidad (sospecho que es siempre y con todos).

No le falta la fe, no eligió no creerle a Dios, no está siendo muy carnal y poco espiritual. Está luchando contra algo que no puede manejar, sino nadie sufriría de nada de esto y todos podríamos valernos por nuestros propios medios, seríamos autosuficientes. Y no es así.

Muchos hemos aprendido un evangelio de apariencias perfectas para poder “pertenecer”, en donde si no se refleja la “bendición” en todo lo que sos y haces, algo tenés que estar haciendo mal.

Hay pastores e hijos de pastores que han muerto por suicidio en estas últimas décadas. Algunos de ellos tenían algún prejuicio sobre el tema antes de la tragedia. La mayoría hombres con grandes ministerios y realmente espirituales.

Parece que hasta que no nos toca de cerca no creemos. Si no vemos no creemos, ¿Nos suena?

Tenemos todo para dar. Solo tenemos que mirar con otros ojos y renovar nuestro pensamiento. Eso no quiere decir que dejemos los principios esenciales, sino justamente que los comprendamos mejor, a través de la gracia de un Dios que nos ama con imperfecciones y quiere caminar con nosotros. Hacemos foco a veces en cosas que no son las verdaderamente importantes.

Esto es solo para abrir el hilo, para iniciar debate, y encontrar acuerdos en los cuales nos podamos hacer fuertes en unidad para lograr ayudar todavía más.

Lo que necesitamos es hablar mucho de esto. Ponerlo sobre la mesa. Tener ideas claras y definiciones completas de las cosas.

Alguien dijo una vez: “lo que no nominamos (ponerle nombre) nos domina”.

Dejemos de esquivar este problema y mirémoslo de frente.

Nadie tiene que sentir miedo o vergüenza si atraviesa directa (en su propia persona) o indirectamente (en un familiar o amigo) alguno de estas situaciones.

La mejor solución es la prevención y el amor por sobre todas las cosas.

M. Bygarou
Psicologo Social

Cordialmente es la expresión de PASTORESxlaGENTE que fiel a sus principios no procura fijar conceptos únicos, sino que busca expresar la diversidad en la pluralidad que caracteriza al movimiento evangélico.
Las notas publicadas en esta edición digital reflejan la opinión particular de los autores.
La dirección de Cordialmente procura que la expresión bíblica “examinadlo todo, y retened lo bueno” sea el objetivo, por lo cual se invita a los distintos escritores a presentar sus fundamentos dejando el juzgamiento del artículo en cada uno de los lectores.

Si desea agregar su comentario a una de las notas puede hacerlo teniendo en cuenta las siguientes limitaciones:

· Debe ser de hasta 140 caracteres
· Puede referirse libremente en aprobación u oposición a las ideas y conceptos expresados
· No debe incluir comentarios personales o críticas sobre el autor de la nota
· No debe utilizar el espacio para agraviar a una Iglesia o institución
· No debe utilizarse para promociones de ningún tipo

This image has an empty alt attribute; its file name is image-3.png

Categoria: Edición 24 | Fortalezas y Debilidades, entrega 12, SOCIEDAD, Sociología

Comments (1)

Trackback URL | Comments RSS Feed

  1. La nota del doctor M Bigarou me resulta mas que interesante, ya que un hijo mio se suicido..
    Y senti mucho de lo que se habla en esta nota, especialmente la culpa como padre que veo no se toco
    Si. Mucho para debatir, y mucho por entender

Dejar un comentario